“El Vecino” es la finca principal de la ganadería, situada en Calzada de Don Diego, a 20 km. de Salamanca, el lugar donde encontraron cobijo hace varios lustros los toros de la divisa de Los Bayones. Con una extensión de 350 hectáreas, esta finca es el refugio perfecto para una vacada que sigue inquebrantable al desaliento, un hierro que sigue mirando hacia adelante con optimismo pese a un mercado que lleva varios años dándole la espalda.
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En esta coqueta finca salmantina pastan parte de la vacada, la camada de toros, utreros, erales y los añojos, encontrándose en la misma la plaza de tientas, lugar donde se lleva a cabo la prueba de la bravura. Pero la de El vecino no es la única finca en la que se crían Los Bayones. También en Cortos de la Sierra, junto a Narros de Matalayegua, poseen un terreno donde los becerros campan a sus anchas, donde juguetean y empiezan a medirse desde chicos.
Los Bayones, una historia que se remonta al 67
La historia de Los Bayones comienza en 1967, cuando los señores Olleros, Silva y Delgado crearon ‘El Almendral’. Sin embargo, en 1981 fue adquirida por Heriher, quienes eliminaron todo lo anterior para crear una nueva ganadería con vacas y sementales de Santiago Martín ‘El Viti’, procedentes de Lisardo Sánchez. Una divisa histórica de nuestra piel de toro, esa que tomó antigüedad el 30 de marzo de 1986 en la primera plaza del mundo, año en el que también lidiaron en plazas como Barcelona o Sevilla.
Manuel, Gabriel y Jesús Hernández García son los tres hermanos que ‘pelean‘ cada día por mantener viva la esencia de una ganadería emblemática del campo charro: Los Bayones. Con divisa azul, blanca y roja, los animales de procedencia Lisardo-Atanasio son historia de la cabaña de bravo. En esta casa no hay tiempo para lamerse las heridas, saben aquello que tienen entre sus manos y nunca se han planteado tirar la toalla o cambiar de encaste.
La camada de 2023
Esta camada para 2023 no es muy larga, en ‘El Vecino’ pastan unos 40 animales, entre toros y novillos para este año, una camada cortita pero muy seleccionada tanto por hechuras como por familias. Aquí nada se deja al azar, todo está pensado para que no haya ni un pero que ponerle al ganadero. Luego las cosas saldrán bien, mal o regular, pero el primer requisito que se le pide a un ganadero es que sus corridas estén rematadas.
Ya en 2021 concedieron una entrevista a Salamanca Al Día donde contaban un poco el momento por el que pasa la ganadería y el número de vacas que tienen actualmente en casa: «La situación actual nos ha obligado a ir reduciendo la ganadería. En los años 90 que hablábamos antes llegamos a tener más de 500 vacas madres y la actualidad es muy diferente, pues no llegan al centenar. La reducción ha sido considerable, el 20% de lo que teníamos en esos años de esplendor«, una reducción que también han sufrido otros hierros en su misma situación.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS
