Con la primavera asomando por el horizonte, son muchas las vacadas de bravo que van poniendo en forma a una camada que ya se encuentra prácticamente rematada a la espera de salir camino de los distintos cosos donde se les anuncie. El trabajo de preparación hace meses que comenzó, estando ya los toros acostumbrados al ejercicio semanal y con los kilos necesarios encima. Ahora es tiempo de mantener ese estado físico, de no perder ese remate conseguido a base de pienso y ejercicio para así estar puestos de cara a cualquier compromiso que salga durante la temporada.
El agua caída durante este comienzo de año está regando los campos de nuestra piel de toro, algo que, pese a parecer lo contrario, no es del todo bueno para un animal que prefiere la comida natural al pienso. Por eso, muchos ganaderos optan por llevar a los toros de saca a cercados donde no abunda la hierba, evitando así que dejen de comer su porción diaria de pienso. Entre las localidades madrileñas de Navalafuente y Cabanillas de la Sierra se encuentran las fincas ‘Los Vaenes’ y ‘Montealto’, lugar que da cobijo a los machos y hebras de una vacada con sello propio.
Hierro que se creó en el año 2000 al amparo del artículo 5 bis b de los Estatutos, con 70 vacas y dos sementales de don Luis Algarra Polera y El Ventorrillo, esta última en manos de Paco Medina por aquellos años. Gracias a los buenos mimbres adquiridos y al trabajo de todos estos años, Montealto se ha convertido en una marca respetada, una vacada que ha marcado su camino gracias a la búsqueda de un animal con galope, humillación, franqueza y entrega, ese que también le llevó a conseguir un animal bajo y armónico, pero no exento de seriedad.
Agustín Montes tomó una decisión el pasado año, esa no era otra que centrarse en las novilladas, dejando algunos toros suelos para los compromisos puntuales que fueran saliendo. “A mí por las corridas de toros me pagan menos que por las novilladas, así que me voy a centrar en este tipo de festejos. Es de estar loco dejar una corrida hoy en día”. Una decisión pensada tras ver como el valor del toro iba cayendo en estos últimos años, algo que parece estar solucionándose debido a la carestía de cuatreños y cinqueños que hay actualmente en el campo.
“En total, hay siete u ocho novilladas para plazas de categoría, es una camada muy homogénea, con novillos parejos y válidos para cualquier tipo de plaza” nos comentaba Montes. “Respecto a los toros, tenemos un número reducido por aquello que te expliqué antes. Tenemos entre 3-4 toros para la Copa Chenel y otros tantos para las calles, que pagan el doble que para una plaza, y como para una corrida no voy a ir, si me los compran para las calles, voy a las calles”, añadía Agustín Montes.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS