Con la temporada ya en marcha son muchos los espadas que se preparan de cara a un 2024 crucial para una gran cantidad de ellos, un año donde ciertos espadas buscan esa oportunidad que les haga poder entrar en plazas importantes de España y Francia. Ese es el caso de Cristóbal Reyes, un diestro que tras tomar la alternativa en la plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda el 21 de agosto de 2021 ansía poder confirmarla en la primera plaza del mundo.
El diestro jerezano optó por decir sí a la oferta puesta sobre la mesa por parte de un Carmelo García que siempre ha apostado por una serie de toreros jóvenes con mucho futuro, amén de hacerlo por divisas de diferentes encastes y procedencias que han sido santo y seña del campo bravo. Tras dicha alternativa participó en La Copa Chenel, no encontrando ese triunfo que le catapultase a otra posición del escalafón.
Un único paseíllo, con corrida de toros, el pasado año donde sería silenciado con los toros de Partido de Resina en una tarde donde le acompañaron el catalán Serafín Marín y el extremeño Jairo Miguel, dos diestros que también buscan meter la cabeza en las ferias. Sería un año de aprendizaje, de saber afrontar los problemas que se venían tras ver como no sonaba el teléfono. Ahora toca seguir preparándose en el campo para no desaprovechar la oportunidad cuando esta llegue.
Por eso, tanto Cristóbal como Israel Lancho, aperado del joven jerezano, han puesto rumbo hacia el campo para intensificar su puesta a punto, esa que debe hacer que coja el oficio suficiente para afrontar todos los problemas que pueda presentarle un animal en el ruedo de una plaza de toros. La última semana ha estado tentando en vacadas tan afamadas como Gavira, Miura, Cebada Gago o Carriquiri, hierros con procedencias y comportamientos bien definidos.
Pero estos no han sido los únicos tentaderos que hizo este espada de reciente alternativa, también ha cruzado la frontera para matar toros a puerta cerrada, animales de gran volumen y seriedad que han puesto en valor el momento por el que pasa. Hierros como Brito Paes o Jorge Carvalho donde hizo la faena de retienta de dos toros de 5 y 7 años toreados recientemente -por rejoneadores – en plazas de Portugal. Un tipo de faenas que en su día también hizo un Israel Lancho que lucho por cumplir su sueño, ese que le llevó a estar anunciado en plazas de gran exigencia.
“Ahora soy yo el que estoy siguiendo ese camino en ganaderías de Portugal, una preparación dura e intensa, pero que estoy seguro que valdrá la pena. Israel me pone al límite y me prepara de cara a lo que quiero que es ocupar un lugar dentro de las corridas duras” nos reconocía Cristóbal Reyes, torero que ha visto como ponerse delante de este tipo de toros le hará coger ese sitio que desgraciadamente, para él, no le da el toro en la plaza debido a la escasez de contratos.
“Me gustaría hacer un agradecimiento a esos ganaderos que nos están atendiendo a mi apoderado y a mí y que sin tener fechas aparentes siempre nos atienden con gusto en sus casas, lo cual es clave para mi preparación” comentaba un torero que sabe que sin la ayuda de estos ganaderos sería impensable prepararse en condiciones de cara a un año donde se tienen puestas muchas ilusiones.
Un diestro que es consciente del momento que vive la fiesta, de ahí que no de un paso atrás ni para coger impulso. Madrid está en la cabeza, plaza que puede ponerle en el circuito. “Llevamos dos años en los que se está llevando a cabo una férrea preparación de cara a una ansiada temporada donde sueño con mi confirmación de alternativa en Madrid, algo que de momento se está haciendo de rogar”.
Un torero que sabe que tiene que abrir sus horizontes e intentar torear al otro lado del charco, lugar donde muchos compañeros han encontrado una estabilidad. “De momento tengo en proyecto marchar a Perú para torear algunas corridas que se están gestando y así estar en forma de cara a una ansiada confirmación de alternativa”. Hasta que lleguen esos contratos se debe apretar tanto delante de la cara de los animales como toreando de salón, la preparación diaria es clave para aprovechar el tren que pase por su puerta.