En la finca salmantina de ‘Cabezal Viejo’ se encuentra la ganadería de José Cruz, una vacada adquirida en 2001 por su actual propietario, quien cambió el diseño del hierro, divisa y señal de oreja, eliminando la anterior procedencia para adquirir animales de la divisa albaceteña de Daniel Ruiz. 10 años después tomaría antigüedad en la primera plaza del mundo lidiando una interesante novillada en Las Ventas, tarde en la que, por primera vez, una novillera -Conchi Ríos- conseguía cortar dos orejas a un astado y convirtiéndose en la segunda, tras Cristina Sánchez, que salía a hombros por la Puerta Grande del coso madrileño.
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Una ganadería que en estos 23 años ha conseguido asentarse en las ferias, alcanzando el sueño de poder lidiar una novillada en la plaza de toros de Bilbao, la plaza de la familia y donde Rafael Iribarren -actual propietario- ha visto toros toda la vida con su padre. Un proyecto ganadero fundamentado en un ideal de toro bravo, ese que tiene la familia en la cabeza y que han ido moldeando con el tiempo.
El abanico de sangre Domecq es muy amplio, al igual que un encaste que te da la oportunidad de llevarlo hacia un extremo u otro, algo que no te dan otros. Y eso lo sabe bien el ganadero charro, que ha asentado este hierro.
