CAMPO BRAVO

Así es el peculiar ‘recuento’ de vacas de Monteviejo que se hace cada día en la finca para evitar ‘escaqueos’


viernes 16 febrero, 2024

El repaso diario del ganado es fundamental para llevar un riguroso control sobre éste.

Miriam Martín
La ganadera, Miriam Martín, explica cómo se realiza el recuento. © YouTube

El campo bravo esconde numerosos tesoros, joyas sin pulir, hierros que se encuentran orillados y fuera de esas ferias donde podría relucir y darse a conocer. Uno de ellos es la divisa extremeña de Monteviejo, una ganadería cacereña con sangre Vega Villar. Es un hierro que lidia prácticamente su camada en festejos menores; las novilladas se han convertido en su salvavidas ante un sistema que no da cancha a ganaderías de encastes supuestamente menos apetecibles.

Su ganadero sabe aquello que tiene en las manos, conoce a la perfección ese tesoro genético que llegó a su casa hace varios lustros, por ello sigue fiel a un concepto de toro, ese que le llena como criador de bravo y que poco a poco —no sin dificultades— está consiguiendo poner en el mercado. Este tipo de toro de encaste tiene un comportamiento muy particular en el campo, más si cabe al estar en una ganadería en el que el contacto con el hombre es el justo y necesario.

En uno de los vídeos publicado por la cuenta de YouTube de la divisa extremeña vemos el reencuentro de las vacas de este hierro con los vaqueros de la casa. En esta ocasión los vaqueros se adentran en el cercado para repasar a las vacas madres y a los becerros que quedan de cola, es decir, los más pequeños de la camada. El resto de sus hermanos ya han sido destetados, por lo que muchas de las hembras se encuentran ahora sin sus pequeños.

El otro destete se hará en septiembre, cuando los animales ya tengan volumen y capacidad para subsistir sin sus madres. Se trata de contar a los animales y ver si está todo en orden. Estas vacas están más asalvajadas que sus hermanas de Albaserrada, de ahí que no estén acostumbradas al trasiego de hombres a caballo. Una ganadería que tiene una gran variedad de pelajes, desde negras, pasando por calceteras e incluso berrendas en colorao, un pelaje en peligro de extinción.

Pese a no tener un contacto diario con el vaquero, las vacas pastan tranquilas en su cerca sin molestarse por la presencia de caballo y caballista. Del un total de más de 100 hembras, el vaquero contó 81, por lo tanto, el resto hay que ir a buscarlas al otro lado del río. Una faena que no tiene mayor complejidad al estar todas ellas juntas en una zona de fácil acceso. El vaquero las cuenta y procede a llevarlas junto al resto de sus hermanas.