El pasado invierno, una de las máximas figuras del momento cumplía uno de sus sueños al hacerse en propiedad con el hierro de Pérez de la Concha gracias a la intermediación de Fermín Bohórquez, miembro de la RUCTL y, por lo tanto, con total potestad para poder pujar en la subasta celebrada en las instalaciones de esta más que centenaria asociación de ganaderos.
El sevillano tenía la ilusión de comprar el hierro de la ganadería donde toreó por primera vez, pero al no pertenecer a la citada asociación de ganaderos no tenía derecho a pujar por ninguno de los hierros que salían a la venta. Se trataba de una serie de hierros con deudas, esos que sus propietarios habían dejado sin actividad, de ahí que la propia RUCTL los sacara a subasta tal y como nos explicó en su día su presidente.
“Hace años que había una serie de hierros que no tenían actividad” comentaba a este medio Antonio Bañuelos. “Debido a ello, en 2022, previo acuerdo por unanimidad de la Asamblea General, la Unión acordó sacarlos a la luz para que otros ganaderos de la propia Unión pudieran comenzar su proyecto ganadero a partir de una cantidad de vacas, no siendo esta inferior a 20 animales, y un semental para que pudiera tener actividad”. Se trataba, como citamos antes, de hierros latentes o dormidos, esos que ahora tenían la posibilidad de cambiar de manos y empezar desde cero.
Morante tenía la ilusión de hacerse con este hierro tan especial para él, ese que creara Joaquín de la Concha y Sierra en 1823, tomando esta antigüedad el 9 de septiembre de 1850. José Antonio tenía entre ceja y ceja formar su proyecto ganadero a partir de este hierro, ese durante tantos lustros mantuvo la sangre Santa Coloma y que ahora cambiará de rumbo al hacerse el matador de toros sevillano con ganado procedente de la vacada de la familia Lozano.
José Antonio, al igual que los nuevos propietarios de dichos hierros, tenía que darle contenido a este nuevo proyecto antes de fin de año, algo que realizó tras hacerse con una punta de ganado marcado a fuego con el hierro de Alcurrucén. Pese a comprar unas vacas, de forma testimonial, con el hierro de Quintas, su proyecto se cimentará en el encaste Núñez, llevando todo el ganado hasta su finca ‘Malvaloca’ situada entre los términos municipales de Villamartín (Cádiz), las Cabezas de San Juan y Utrera, cuna del toro bravo.
Se trata de una finca que prácticamente linda con ‘La Cobatilla’, lugar que da cobijo a los animales del hierro de Murube, divisa que representa y gestiona D. José Murube Ricart. Se trata de una zona agrícola y ganadera, un lugar donde la arboleda no es extensa, existiendo zonas de monte en la parte alta de la misma donde pueden refugiarse los animales. Una explotación donde el sevillano ya ha realizado jornadas de acoso y derribo aprovechando las bondades del terreno, siendo este también un lugar donde la caza también tiene su hueco.
