Cruzamos la frontera que separa España de Portugal para visitar la ganadería portuguesa de Veiga Teixeira, sin duda, una de las más importantes del campo bravo. Allí los animales de sangre ‘Pinto Barreiros’ siguen perpetuando su bravura en las plazas de toros del país vecino. Una ganadería que con los años consiguió asentarse en su país y dar el salto tanto a España como a vecina Francia.
Una divisa que cuenta con una gran historia detrás, esa que le hizo ganarse el respeto de la afición. En 1918 don Félix Suárez formó esta ganadería con reses de Santa Coloma, siendo vendida al señor Duque de Tovar en 1929. Desde su fallecimiento, ese mismo año, hasta 1947, se anunció a nombre de herederos del señor Duque de Tovar, dividiéndose en cinco lotes, uno de los cuales fue vendido a Tomás Prieto de la Cal por parte de don Rafael y don Alfonso Figueroa y Bermejillo.
Tras la adquisición del ganado por parte del ganadero afincado en tierras onubenses de Niebla, este en 1959 se lo vendió a los hermanos García Fialho. En 1968 la totalidad del ganado fue adquirida por don Antonio de Veiga Teixeira que lo aumentó con reses de “Oliveiras Irmãos” asentando su ganadería en las fincas ‘Pedrogâo’ y ‘Herdade do Meio’ en los alrededores de Montemor o Novo, un paraíso ganadero en la vecina Portugal.
Es el Alentejo central, una extensa zona de ricos montes, de marcada riqueza agrícola y ganadera, donde los animales de esta singular ganadería pastan esperando ser lidiados en las mejores plazas de su país y soñando con volver a verse anunciados con asiduidad en España y Francia, como ocurre ya con otras ganaderías de la tierra como María Guiomar Cortés de Moura, Palha, Murteitra Grave o Sobral entre otras. Es tierra de toros, y se nota por la cantidad de ganaderías que hay por esta zona que le dan prestigio a esta zona del país vecino.
Aquí la casta es algo que no se negocia, la familia Veiga Teixeira apuesta por un tipo de animal eminentemente bravo y exigente, un toro que venda cara su muerte y que se entregue cuando el torero sea capaz de poderle. Pese a lidiar casi toda su camada en festejos de rejones, la prueba del tentadero se hace a pie.
Veiga Teixeira, una de las apuestas portuguesas de Ventura en territorio español
La ganadería portuguesa sí tuvo una breve inclusión en plazas españolas, concretamente en la fronteriza de Fregenal de la Sierra, donde Rui Fernandes, Diego Ventura y Leonardo abrieron la puerta grande el pasado año en una tarde de gran rejoneo en el que tanto Ventura como Leonardo pasearon los máximos trofeos del 5º y 6º de la tarde. En ese festejo destacó el bravo segundo de nombre “Bienquerido”, número 26, animal que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre y al que le cortó las dos orejas el rejoneador afincado en La Puebla del Río.
El propio Diego Ventura también apostó por un toro de este hierro para su encerrona en Mérida el 3 de septiembre de eses mismo año, en un festejo en el que se anunció con otras divisas lusitanas como Murteira Grave o María Guiomar Cortés de Moura. Genial por emocionante fue su faena al muy bravo tercero, de Veiga Teixeira, un toro de mucho motor al que atemperó los reaños del animal en pasajes de temple mayúsculos para cortarle finalmente una oreja.