Los últimos meses del 2023 han estado ‘movidos’ en relación con la compra de distintos hierros dormidos pertenecientes a la RUCTL con una serie de divisas que salieron a subasta (a sobre cerrado) únicamente para ganaderos pertenecientes a ésta. Entre ellos Fermín Bohórquez se llevó el de Pérez de la Concha, que actualmente es propiedad de Morante de la Puebla, Esperanza Domínguez Camacho se hizo con el de Juan José González o José María López, ganadero que adquirió finalmente el de Hernández Pla, siendo éste también propietario de otro legendario como es el de Concha y Sierra.
Un ganadero que, al igual que sus compañeros, tenía hasta el 31 de diciembre para dar de alta 25 vacas y un semental, de lo contrario dicha compra quedaría invalidada, siendo un requisito indispensable la creación de una vacada con estos hierros latentes. Por todo ello, este medio se puso en contacto con un ganadero que tuvo como primera intención hacerse con el de Pérez de la Concha. «Mi intención era comprar ese hierro, pero me encontré con que Bohórquez también había pujado para que se lo quedara Morante y ofreció cinco mil euros más que yo. Fermín ofreció 25.000 y yo 20.000«, señalaba en palabras a este medio.
80 vacas para recuperar Hernández Plá
Un hierro que se compone actualmente de distintos animales dentro de la rama Santa Coloma: «He comprado 80 vacas, 30 de Rehuelga, 40 de Los Maños y 10 Adolfo Rodríguez Montesinos. También tengo un 49 de Adolfo Rodríguez Montesinos, es el primer semental para rehacer la ganadería«, nos comentaba el citado ganadero asentado en la finca ‘El Maquillón’, en Almoguera (Guadalajara).
Un criador que no se cierra a introducir más ganado en una vacada con una simiente muy contrastada: «Me gustaría que los ganaderos de La Quinta me alquilasen un semental. También voy a hablar con los de Pablo Mayoral, creo que son dos ganaderías fantásticas que me pueden venir muy bien para abrir las líneas«, nos explicaba un José María López que tiene claro el camino a seguir con este nuevo proyecto.
Con estas compras, el ganadero afincado en tierras de Guadalajara irá poco a poco dándole su sello a una vacada con una gran carga genética y que desea potenciar un criador de bravo que sabe aquello que le puede exigir a los animales que pastan en su finca, sea del encaste Domecq (El Uno), Vazqueño (Concha y Sierra) o Santa Coloma (Hernández Pla). El tiempo dirá si consigue ese objetivo que se marcó cuando se aventuró a formalizar este sueño.