APODERAMIENTO

La realidad actual de José Antonio Campuzano, el ‘descubridor’ de Castella y Roca Rey: este es su nuevo (e ilusionante) proyecto en el toreo


jueves 15 junio, 2023

Tras unir su carrera al francés y el peruano, ahora José Antonio Campuzano acompaña a un novillero con un interesante porvenir.

Campuzano
José Antonio Campuzano. © Luis Sánchez Olmedo

Si hay un apoderado reconocido por toreros, crítica, empresarios y aficionados, ese es el matador de toros José Antonio Campuzano. El sevillano con sus aciertos y sus errores consiguió macerar y catapultar a lo más alto a dos jóvenes imberbes que consiguieron el suelo de convertirse en figuras del toreo. Dos espadas que gracias cualidades imantas fueron quemando etapas hasta llegar a un lugar privilegiado en el escalafón.

El torero que años atrás descubrió a figuras como Sebastián Castella o Andrés Roca Rey, dos espadas por los que apostó desde muy jovencitos y con los que compartió la gloria del éxito. Ahora ha puesto ahora sus ojos en un novillero francés: Lalo de María, un joven rubio y espigado hijo de la rejoneadora María Sara. Bien es cierto que no siempre ha conseguido aquello que se proponía con los toreros que apoderó, pero como dijo Cervantes: “Los árboles no dejan ver el bosque” es decir, que los pequeños detalles o los fallos que cometiera por el camino no nos hagan distraernos de lo verdaderamente importante, su trayectoria como apoderado.

Campuzano, descubridor y forjador de otros toreros como Iván García, Ángel Teruel, Alberto Aguilar, Paco Ureña en sus inicios, contó hace unos meses su experiencia como apoderado, llegando a la conclusión de que para un torero que empieza es fundamental «encontrar una persona que se dedique a él las 24 horas al día para ayudarle a llegar a figura del toreo«,, algo que a buen seguro intentará hacer con este joven novillero.

Campuzano Lalo
El acuerdo.

Tras un tiempo fuera del campo del apoderamiento, José Antonio apuesta por ese valor del toreo francés llamado Lalo de María, un novillero que pese a su bisoñez poco a poco va evolucionando, teniendo aún un gran campo de mejora. Nueve novilladas llena el novillero nacido en Montpellier el 7 de abril del 2022. Manizales en Colombia, Panabá (Yucatán), Kanasín (Yucatán) y Ameca (Jalisco) en México y Valencia en Venezuela le sirvieron para ir tomándole el pulso a un 2023 donde ha toreado en cosos tan importantes de Europa como Arlés, Nimes, Madrid y Captieux.

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Lalo de María. © Luis Sánchez Olmedo

Ahora le quedan plazas tan relevantes en Francia como Istres, Perols, Béziers y Bayona o la Real Maestranza de Caballería de Sevilla en este mes de junio. Cinco festejos donde se le debe ir notando la evolución de aquel que está sumando un número importante de novilladas sin olvidar que debutó con los del castoreño Olivenza el pasado año. José Antonio ha visto en él un torero de futuro, un novillero que pese a su altura se desenvuelve bien delante de la cara de los animales.

Sebastián Castella y Andrés Roca Rey, dos niños prodigio bajo la batuta de José Antonio Campuzano

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Sebastián Castella © Luis Sánchez Olmedo

La carrera de Sebastián y Andrés tienen grandes similitudes. Al francés lo conoció toreando un festival en Francia a 14 años de edad y, desde ese momento, le atisbó unas condiciones innatas que luego mostró cuando él fue su mentor. Por su parte, con Andrés fue algo antes, tras verlo torear un becerro a la temprana edad de 12 años en Bambamarca, Perú, decidió que debía apostar por él. El tiempo le dio la razón convirtiéndose en una gran figura del toreo.

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Roca Rey saluda a la Presidencia tras el paseíllo © Luis Sánchez Olmedo

Un José Antonio Campuzano que también se apoyó en otros apoderados para llevar las carreras del francés y el peruano. Con Sebastián, primero en solitario, uniéndose posteriormente con Luis Álvarez, terminando la relación con el francés en 2007. Por su parte, con Andrés también comenzó su etapa en solitario uniéndose —una vez que ya era figura— con Ramón Valencia, cabeza visible de la empresa Pagés. A finales de 2020 se daría por finalizada la etapa con el limeño.

Pero también más cosas que unen la figura de Sebastián y Andrés, una es la ya mencionada precocidad, la otra es su alternativa en tierras francesas, una en su Beziers natal y el otro en Nimes, y por último su irrupción como en el escalafón de matador de toros. Dos toreros que se fueron haciendo poco a poco hasta romper con fuerza desde muy Jóvenes, convirtiéndose ambos en unos ídolos de masas que consiguieron atraer el interés tanto del público como del aficionado. Dos carreras paralelas donde su apoderado no fue lo único que les unió.