El toreo no siempre es gloria y triunfo. De hecho, la mayoría de las veces no lo es por diversos factores que todos conocemos. Siempre se ha dicho que es más fácil ser Papa que figura del toreo, algo que pueden afirmar todos y cada uno de estos espadas que se han puesto delante de la cara del toro y que han tenido la oportunidad de al menos intentar funcionar en este mundo. Queda claro que, de todos los alumnos que comienzan en esta profesión, solo una ínfima parte logrará llegar al lugar que soñó cuando jugaba al toro.
Muchos de ellos se ven abocados a cambiar el oro por la plata, otros incluso deciden que están mejor sin el chispeante puesto, ejerciendo labores de mozo de espadas o ayuda de un torero. Pero hay muchos que pese a las piedras que hay durante el camino no abandonan y siguen apostando por ellos mismos. Pese a la falta de oportunidades y al ninguneo que sufren por algunos empresarios, éstos deciden echarse el petate a la espalda y recorrer kilómetros para buscar un pitón.
Este es el caso del extremeño Rafael Cerro, un espada que tomó la alternativa en Navalmoral de la Mata el 13 de abril de 2014, actuando como padrino el francés Sebastián Castella y como testigo el también extremeño Miguel Ángel Perera con toros de Alcurrucén. En agosto de ese mismo año confirmaría alternativa en la primera plaza del mundo de manos de César Jiménez y Pepe Moral con Toros de El Torero, curiosamente la misma ganadería donde se le ha visto recientemente.
Por desgracia para él, no hablamos de una plaza de toros, sino de las fiestas de San Juan de Coria (Cáceres). Allí el extremeño no dudó en ponerse delante de un pavo del hierro gaditano para demostrar que sigue en activo y que no se ha dejado ganar la pelea por el paso del tiempo. Un torero que no dudó tampoco ni un instante en echarse la muleta a la izquierda y robarle una serie a un animal en puntas y sin picar, sin duda toda una declaración de intenciones. Además, actuaba de director de lidia en ese festejo.
El matador de toros nacido en Navalmoral de la Mata únicamente se vistió de luces una tarde en lo que llevamos de 2023, una festejo donde paseó los máximos trofeos de un animal de Carmen Valiente, curiosamente en el mismo lugar donde se jugó la vida ante un imponente astado de Toros de El Torero hace unos días. Un diestro que en 2022 trenzó el paseíllo en tres ocasiones con ganaderías tan exigentes como Joao Dias Coutinho, Juan José Cano Muñoz, Partido de Resina y Hdros. de José Cebada Gago en plazas como Cifuentes, Saucedilla y Utiel.
Queda claro que ser matador de toros es una quimera, y figura del toreo casi un milagro. Pero para algunos de los que intentan ser toreros, se convierte en una forma de vida de la que resulta imposible alejarse. Eso es lo que le ocurre al cacereño Rafael Cerro, quien alimenta su sueño en capeas y tentaderos por toda España. Un espada que sigue confiando en sus posibilidades y en poder sumar un número de festejos lo suficientemente alto para poder meter la cabeza en la primera plaza del mundo o encontrar su sitio en Francia.
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