JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: IVÁN RODRÍGUEZ
Fue en el coso de Villaseca de la Sagra en el que estuvo a punto de llevarse el Alfarero de Oro si llega a entrar la espada. Además, un día después logró el indulto de un novillo de Peña en Arganda del Rey, pero lo demostrado en La Sagra da muestras de ser madera de figura en potencia.
Enhorabuena por ese toreo excelente, de máximos quilates, ante una novillada seria de Ibán. Una oreja y no paseaste la segunda por negativa presidencial de Pedro López Becerra. Queda el gran toreo que dejaste.
Una novillada de Ibán. Cuando los toreros estamos en gran momento y con la necesidad de arrear y exponer, qué mejor manera que con una ganadería brava como es la de Baltasar Ibán. Tuve la suerte de que mi primero fue bravo, pude entregarme de principio a final, me dejó hacer el toreo que siento, profundo, puro, y sentí a la plaza de verdad. Venía de una racha regular, en la que todo se había puesto cuesta arriba, pero eso no lo tiene por qué saber la gente. Me hacía mucha falta un triunfo fuerte en Villaseca que, aunque no fuese realmente triunfo, para mí sí es fuerte por las sensaciones que viví y me transmitió el público. Eso personalmente para mí es un triunfo, porque las orejas vienen y van y los verdaderos protagonistas son toro, torero y público. Lo que más feliz me hace es llegar a la afición. Eso es realmente lo que más feliz me hace.
Sobre todo en una feria en la que el hambre novilleril había escaseado, se habían ido enteras algunas novilladas como Cebada. Te adueñaste de esas embestidas y de esas teclas, ¿cómo definirías tu lote y cómo fuiste construyendo esa faena que caló hondo en Villaseca de la Sagra?
Para nosotros, para un novillero es fundamental plasmar nuestro concepto. Fui a entregarme y a mostrar mi toreo. Mi primer novillo tuvo dos o tres tandas primeras muy buenas, con transmisión y movilidad por abajo, aunque luego se vino un poco a menos cuando cogí la mano izquierda. Tuvo él buen fondo, pero a base de entrega y de pisar terrenos y convencerme yo y convencerlo a él, hubo una conjunción muy bonita. Tuve la suerte de toparme con ese novillo que me lo permitió. Me tiré recto a matar y cayó el toro rodado. Lo de las dos orejas, ya no se ha concedido y no vale para nada darle más vueltas. En el interior se quedan las sensaciones, que fueron buenas. El segundo toro fue bajo, bien hecho, que le costó más desde el principio ir hacia adelante, con un fondo de nobleza bueno. Me permitió entregarme e incluso me regaló algunas embestidas. Doy las gracias a Villaseca, me vino fenomenal, y a la ganadería.
La próxima feria de Otoño será tu debut en Madrid con el hierro de El Ventorrillo. Esa meta te quitará el sueño, ¿no?
Sí, así es. Gracias a Dios estoy anunciado en todas las ferias novilleriles como Villaseca, Arganda, Arnedo, Algemesí… que a nosotros nos hacen mucha ilusión, nos motivan mucho. Es una novillada de El Ventorrillo en un cartel muy rematado. Es la priemra plaza del mundo, no he vuelto a ir desde que estuve sin caballos. Sé que por mí no va a quedar, y estoy preparándome mucho para ese día, para que sea grande para mí y para la afición.