Aunque el 2020 fue una tragedia en toda regla para el campo bravo, el 2021 está permitiendo tomar aire a nuestra cabaña brava y la vuelta paulatina de los festejos taurinos a las plazas está consiguiendo que saquen sus productos de las fincas.
En el caso de una ganadería mítica como es la de Cebada Gago, que pasta en tierras gaditanas de Medina Sidonia, no ha lidiado ni un solo toro desde hace casi dos años, pero ya ve la luz al final del túnel con próximos festejos como Cenicientos y otros que aún no se han anunciado como Cuéllar.
Hace unos días, los fotógrafos Pablo Ramos e Ivi Martín estuvieron en las fincas donde viven estos míticos animales y pudieron inmortalizar unos toros que destacan por sus serísimas caras y por su variedad de capas, ya que hay toros negros, cárdenos colorados, castaños… y sardos.
«Llevamos dos años sin lidiar un pitón», se lamenta en primer lugar el ganadero Salvador García Cebada; no obstante, admite que hay varios festejos en el horizonte que darán vida a su labor. «Tengo cuatro corridas de toros preparadas, una de ellas es la que iba a Pamplona y que probablemente se lidie en otros municipios, otra a Cenicientos y otra a Cuéllar. La pandemia nos ha reventado por completo…», sigue expresando el ganadero gaditano. «Hemos toreado algunos toros en casa y nos han gustado en erales, la pena es que no han salido en las plazas, porque tenían muy buena condición», manifiesta.
«En una empresa en la que se generan constantemente gastos y no hay ingresos, es muy duro sobrevivir. Y así llevamos dos años. Los espectáculos dependen mucho de porcentaje de asistencia a las plazas, y mientras sea poco, esto se hace cuesta arriba… los precios van a bajar, pero los toros siguen comiendo lo mismo. Y su mantenimiento vale igual. Veremos los precios de las corridas y de las novilladas muy rebajados», sigue lamentando.
Breve historia de la ganadería
Don Leopoldo Sainz de la Maza y Gutiérrez Solana, Conde de la Maza, formó esta ganadería en 1935 con reses de don Juan Belmonte. En 1938 se la cedió a su hija doña Cristina de la Maza y Falcó. En 1940 se aumentó con un lote de vacas de Gallardo y dos sementales de Juan Belmonte, siendo vendida en 1960 a don José Cebada Gago, y por fallecimiento de éste, en 1964, pasa a anunciarse a nombre de sus herederos. Se eliminó todo lo procedente de doña Cristina de la Maza y se formó la ganadería con reses de don Carlos Núñez y «Jandilla».
FOTOGRAFÍAS: IVI MARTÍN Y PABLO RAMOS
