Hablar del hierro de Victorino Martín infunde respeto, tanto por el nombre que se ha ganado como por la fiereza —bien entendida— de sus animales. Una ganadería que desde su creación ha tenido claro el tipo de toro que necesitaba la Fiesta. En Las Tiesas de Santa María se cría un animal muy definido, con unas características distintas al resto. Su viveza en la mirada, su expresión de bravo, su finura de cabos y su comportamiento siempre alerta le hacen ser un toro impredecible en el campo por su comportamiento jerárquico.
Como ya hemos contado en varias ocasiones, el toro bravo no es un animal dócil y sumiso, por lo que nunca hay que perderle la cara y tenerle siempre respeto, porque si te confías puedes pagarlo caro. Es verdad que en el campo su comportamiento es tranquilo, pero la chispa puede saltar en cualquier momento. Pero esto no ocurre únicamente con los machos, también las hembras se miden por el poder del cercado, por ser las primeras en comer y tener esa preferencia a la hora de hidratarse.
La peleas entre estos animales son menos conocidas por el gran público, pero eso no quita que no se den en determinados momentos. Como le ocurre al macho, el cambio de tiempo, la entrada de nuevos hermanos en el cercado, el olor a vaca en los corrales cercanos… todo influye para que se encienda la mecha. En este vídeo podemos ver a dos hembras de gran arboladura batiéndose en duelo en pleno invierno, momento donde la hierba es abundante y hay pasto de sobra para alimentarse.
Hay que tener en cuenta que en el campo bravo suelen verse peleas de machos, pero Miriam pudo capturar desde muy cerca el instante en el que las hembras también pugnaban. Pero, ¿por qué lo hacen? Hay que considerar que el ganado bravo es jerárquico tanto en machos como en hembras, las cuales también —como mencionamos antes— se miden por el poder del cercado. Y, en este sentido, en esta época de paridera el territorio es muy importante para ellas.
Este es el mundo del campo bravo, de los acontecimientos, sucesos y trabajos que se realizan cada día en las ganaderías dedicadas a la cría de toros bravos. En este espacio de secretismo frente al mundo, se crían con todos los cuidados y amor del mundo los próximos toros que saldrán a la plaza. Debido al velo que existe a esta parte de la fiesta brava, solo los conocedores y verdaderos amantes del toro bravo conocen los secretos que se guardan en el campo.