El novillero gaditano Christian Parejo dejó su huella, en la noche de este jueves 6 de julio, en la primera de las novilladas nocturnas en la plaza de toros de Las Ventas. El joven chiclanero paseó una oreja del sexto de Torrehandilla, un animal al que aprovechó con creces.
“La verdad que fue una tarde muy especial para mí. Pude escuchar los olés de Madrid, algo que llena mucho el alma de un torero. Después de una difícil tarde en San Isidro, necesitaba una tarde como la de ayer. El día anterior no embistieron los animales, y este era el último cartucho que teníamos antes de la alternativa en Madrid”, señala el gaditano en palabras a este medio. “No sé si estaré o no en la final, pero lo espero”, señala.
El primer novillo fue “un animal que no tenía mala condición, pero estaba muy agarrado al piso, además de manso. En cada muletazo, se perdía, pero siempre con la obediencia de la ganadería”. El segundo “ya lo vi en el capote, y no dudé en irme a los medios con él. El animal tenía boyantía”.
Así fueron sus dos actuaciones
Recibió con una larga cambiada en el tercio Cristian Parejo al tercero, un novillo más armónico y de buena hechura y que enseñaba las puntas, que no se centró en la capa ni en el peto, distrayéndose y berreando mucho. Muy suelto también fue el novillo en banderillas y en el inicio de faena. Tenía teclas el utrero de Torrehandilla, que nunca iba metido en el trapo y que, o echaba la cara arriba, o se metía por dentro o, como sucedió al bajarle la mano, se pegó una voltereta. Por el izquierdo pareció mejor, pero cuando se le bajó la mano, el animal se afligió o se quedó debajo. Lo intentó Parejo, logrando sobre toda la faena, dos naturales donde hubo enjundia. Muy por encima Cristian Parejo del descastado novillo de Torrehandilla. Dejó una estocada desprendida de muy buena ejecución. Sonó el aviso y hubo de recurrir al verduguillo, acertando a la segunda. Cristian Parejo saludó una ovación tras haber silencio para el novillo.
Suelto de salida el sexto, astifino y más descarado de pitones, no se dejó, al igual que sus hermanos, torear de capa hasta que entró en la jurisdicción del varilarguero Alberto Sandoval, que recibió una ovación. Le enseñó José Chacón muy bien los caminos al utrero colorado durante toda la lidia y, tras el espectacular inicio de faena con pases cambiados por la espalda, llegaron muy buenos derechazos por parte de Cristian Parejo, que antes había brindado su faena al maestro Juan Mora. Buenos naturales también por parte del novillero a un ejemplar que se violentaba en ocasiones y se lo pensaba en otras. Pero le cogió el pulso y la medida en los toques, logrando que la obra tomara el vuelo necesario para arrancar los olés de los tendidos. Cerró por manoletinas ajustadas y dejó un estoconazo de los que hay que poner a los alumnos de las escuelas taurinas, entrando despacio y haciendo el volapié como perfecto. Oreja de ley para Cristian Parejo que presenta sus credenciales para alcanzar la final del certamen. Ovación en el arrastre para el buen novillo de Torrehandilla.