COLMENAR VIEJO

Castella y Talavante entonan la sinfonía del toreo con dos grandiosos toros de Mayalde


lunes 28 agosto, 2023

Diego Ventura pincha una de las faenas de la temporada a un toro de Guiomar y debe conformarse con una oreja

Ventura emborrona con el rejón de muerte una bella obra de plena solvencia

Desentendido y sin atender mucho a la lidia salió el primero, con más de seis quintales y medio y con ritmo para embestir pero poco fuelle para aguantar. Dos rejones le dejó Ventura sin demasiadaalharaca, porque fue cuando Nómada entró en la arena cuando toreó de costado con pasadas por dentro de verdadera brillantez. Muy de frente clavó en banderillas, aprovechando la nobleza del de Guiomar, y salió templado de las suertes, con mucha solvencia. Más cerca aún se lo dejó llegar en los quiebros de poder a poder con un fantástico Lío, que salió de la cara con toda la torería. Estupenda la cuadra de Diego, que continuó con Isco para el carrusel de cortas, con el toro aún embistiendo. Pinchó en los medios dos veces y allí perdió el más que previsible premio.

La firmeza inteligente de Castella se emborrona con dos pinchazosVentura emborrona con el rejón de muerte una bella obra de plena solvencia

El huidizo castaño que hizo segundo tuvo el viaje corto pero buena la intención al humillar en el capote de Castella, al que se le paró varias veces al intentar lancearlo. Ya colocándolo al caballo se quedó debajo del percal de Castella, pero luego metió los riñones en el penco en una vara corta pero dura de Manuel José Bernal. Manseó en banderillas y tuvo que emplearse José Chacón en mantenerlo en suerte siempre, lo que logró con maestría. La misma que utilizó Castella para el inicio de doblones, imponiendo mucho su mando sobre la mansedumbre del Mayalde. Con mucho sitio Castella, tragando antes de corregir posición y manejando las muñecas más que las plantas. Terminó sacando el toro en el epílogo toda la brusquedad que le había corregido Castella, que tuvo paciencia y le dio tiempo para limarle la aspereza y sacarle muletazos templados con media muleta en el morro. Pero un pinchazo, una media estocada y una estocada atravesada echaron por tierra cualquier posibilidad de premio.

Talavante se afana en ligarle una faena al díscolo tercero y le corta una oreja

También el colorao tercero acometió con desentendimiento en el capote de Talavante y no tuvo gran afán de embestir hasta que llegó al caballo de Miguel Ángel Muñoz, donde metió los riñones en un puyazo más corto de lo que permaneció el toro gastándose en el peto. Soberbio fue el inicio por ambos pitones y sin enmendar la figura, con un desdén final brillante. Consintió en las primeras tandas, sacrificando la colocación en favor de ponerlo en ritmo y construir lo que debía venir después. Y vino con belleza formal -la que permitía la brusquedad del colorao- pero com menos compromiso del que hubiera sido deseable en un torero como Alejandro. Eso sí, siempre anduvo solvente, hasta para dejar una estocada tendida que fue suficiente.

Ventura deja una excepcional obra con las monturas y la emborrona con el acero en el cuarto

El cuarto salió con pies detrás de la montura de Diego Ventura, que lo paró con solvencia en un palmo en los medios antes de dejarle un primer rejón con facilidad. Efectivo fue también el segundo, con el que se ahormó un poco más el de Guiomar. Sacó Diego a Velázquez para iniciar el tercio de banderillas con un toro que tendía a ponerse por delante y que incluso lo alcanzó en una ocasión al recortar en tablas. No paró nunca el toro, y aprovechó Diego para andarle muy cerca por la cara, dejarlo llegar en las batidas y clavar arriba. Meritoria la faena con un toro nada fácil con el que tuvo que exponer con el toreo lusitano. Extraordinaria fue la lidia con el bayo segundo, toreando a milímetros, dando siempre los pechos y dejar una última banderilla sin cabezada, dejando llegar al animal y pisando los terrenos comprometidos de verdad ante la ovación del público. Los violines finales con Guadiana ya le habían puesto en la mano los máximos trofeos, pero aún hubo un par a dos manos más antes del rejón definitivo. Pero no funcionó el acero como él hubiera querido, y en una ovación quedó su obra en la Corredera.

Un Castella rotundo desoreja al soberbio Chorlito que hizo quinto

El Chorlito que hizo quinto, de extraordinaria estampa, podía ser un toro de Madrid. Y humilló en el capote de Castella cada vez que lo tomaba a zurdas, pero salía desentendido por el pitón derecho y había que ir detrás de él. Vino al relance al caballo, perfectamente medido por Manuel José Bernal. Por eso en las dos medías que le pegó Castella después ya embistió hasta con temple. Compromiso y actitud tuvo José Chacón en banderillas, y por eso se llevó una de las ovaciones de la tarde. Brindó al público Castella y en el tercio ejecutó un inicio por estatuarios sin enmendar la figura, sacándolo por la espalda y rematando con el de pecho. Tenía ritmo y tenía son el de Mayalde, por eso puedo Sebastián relajar la figura y componer en los embroques, antes de vaciarlo muy atrás. Era más de bamba que de toque, pero quiso Castella que fuera hasta atrás tocándolo en el morro, y en los circulares finales, que parecieron no acabar. Tal vez le faltó la delicadeza de Madrid, pero dejó el galo una faena para concursar entre las mejores de la feria, con un aviso antes de perfilarse. Excepcional fue la estocada, y fulminante, poiéndole en la mano las dos orejas del animal. Ovacionado el toro en el arrastre.

Talavante saca su versión ralentizadla y enloquece a la Corredera con el excelso sexto

El sexto sacó fondo y repetición en el capote de Talavante, que prefirió soltarle trapo que exigirle con verónicas. Lo dejó crudo el extremeño para que llegase a la muleta con opciones, y por eso lo brindó al público. El suave inicio de doblones, desmayando la figura después, de Talavante fue sencillamente magnífico. Estaba a gusto el extremeño en la cara, y sacó su lado más delicado para trazar al natural con un muñeca o final que le daba un tranco más y que admitía Haraposo siempre con entrega. Y cuanto más exigía Alejandro, más se entregaba un Haraposo que incluso en los doblones finales, plenos de temple y torería, jamás dejó de entregarse. Lastima que pinchase, porque la estocada posterior, aunque desprendida, le hubiera dejado más rédito que la oreja paseada.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Colmenar Viejo (Madrid). Tercera de la Feria de los Remedios. Corrida mixta. Unas 3.500 personas aproximadamente (1/3 de plaza)

Toros de María Guiomar Cortés Moura y Conde de Mayalde. Con ritmo y nobleza el durador primero; manso pero obediente el bruto segundo; díscolo pero pasador el tercero; de gran ritmo y bravura el buen cuarto; de gran entrega y soberbia clase el gran quinto; de tremenda entrega y excelsa clase el extraordinario sexto, ovacionado.

Diego Ventura, silencio y ovación.

Sebastián Castella (marino y oro), silencio tras aviso, dos orejas tras aviso.

Talavante (grana y oro), oreja y oreja.

INCIDENCIAS: Himno de España al romper el paseíllo.

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