Uno de los hierros que más predicamento tiene entre los aficionados venteños es el de Conde de Mayalde. Su ganadero, D. Rafael Finat Riva (Excmo. Sr. Conde de Mayalde), habló con Cultoro hace unas semanas para hacer balance de un año «muy positivo» para la divisa que pasta en la Finca ‘El Castañar’, situada en el término toledano de Mazarambroz. Allí los animales de esta singular ganadería se rematan de cara a la temporada venidera.
Un hierro que ha saldado con nota muy positiva un año difícil en el que la competencia ha sido feroz entre los ganaderos de bravo. Dar salida a sus animales ha sido algo que les ha quitado el sueño por el alto coste de las materias primas derivadas de la guerra en Ucrania y la subida de la inflación. Tampoco ha ayudado -hasta ahora- el tiempo, que no había descargado las ansiadas lluvias que regasen el campo y le diesen un respiro al ganadero.
Una ganadería que sigue manteniendo su sangre en pureza desde la compra por parte de José Finat en nombre de su esposa doña Casilda de Bustos y Figueroa de la ganadería creada en 1940 por Huberto Sánchez Tabernero con reses de Sánchez Fabrés -procedentes de Coquilla- y Vicente Charro. En 1958 la aumentó con la mitad de la ganadería de Sepúlveda, de origen Contreras, eliminando paulatinamente lo anterior. En 1986 y 1990 adquirió dos sementales de Juan Pedro Domecq, y en 1995 un lote de vacas de Francisco Medina de la misma procedencia para refrescar la sangre que ya tenía casa, amoldando así el tipo de toro que se venía exigiendo por las autoridades. Contreras había perdido protagonismo en las grandes ferias por su menor volumen y seriedad.
«Las sensaciones son buenas; la temporada nos deja en un lugar interesante de cara a 2023»
Una ganadería que ha sabido conservar ese tesoro genético, llevando una parte de Contreras en pureza y otra cruzada con las reses de la rama Domecq vía Juan Pedro y Francisco Medina. Tras muchos años de ardua selección, la divisa toledana ha encontrado esa regularidad tan deseada por todos lo ganaderos, volviendo a anunciarse en las plazas de primera fila con las máximas figuras del toreo.
Una temporada positiva donde los toros de esta singular ganadería han dado un paso más en la búsqueda de asentarse en esas plazas donde la repercusión es mayor: «Las sensaciones son buenas creo que la temporada nos deja en un lugar interesante de cara a 2023. Ha habido de todo, como es lógico se han lidiado toros buenos, malos y regulares, pero en conjunto estoy contento, creo que la ganadería va a más».
Una temporada que ha servido para volver a ver a los toros de Rafael Finat en plazas de envergadura y con carteles de interés: «Han sido dos corridas, tres novilladas con caballos y varios festivales; las corridas han sido en Toledo, en Bayona y las novilladas en Madrid, en Villaseca y luego los festivales en pueblos. No ha sido una temporada fácil por la alta competencia y el nivel dado por mis compañeros, pero creo que nos hemos defendido bien, dejando las cosas muy bien para el año que viene».
Dos corridas y entre dos y tres novilladas para 2023 de Conde de Mayalde… y una gran noticia para el 2024 en Las Ventas
En los cercados de El Castañar ya empiezan a verse los primeros veedores, las empresas madrugan para reseñar as corridas y novilladas de cara a una temporada que se presenta apasionante: «Algunos empresarios se han puesto en contacto con nosotros, es cierto que los veedores han pasado por aquí, pero de momento no hay nada cerrado. Tenemos dos corridas de toros y entre dos-tres novilladas picadas, creo que es un número idóneo para como están las cosas».
Una de esas dos corridas no tendrá como destino la primera plaza del mundo: «A Madrid creo que irá una novillada picada. Corrida no nos sale porque el número de toros es muy limitado, no hay animales para afrontar un compromiso de tal envergadura. En 2024 probablemente sí habrá una corrida de toros apta para Las Ventas por si la empresa tiene a bien verla y comprarla».
Pese a que España ha vivido varias borrascas en las últimas semanas el agua no ha caído con fuerza en el campo bravo toledano, dejando los cercados aún sin coger el color típico de esta fecha. La poca agua que cae lo chupa la tierra y no brota nada: «No ha llovido nada. En la última borrasca dos litros, la anterior tres litros, y está un litro y medio escaso. El viento si hizo acto de presencia, pero la lluvia ni está ni se le espera en el corto plazo».
