El pasado domingo, la afición oliventina esperaba con gran expectación los dos festejos programados por la empresa Fusión Internacional por la Tauromaquia, más si cabe tras la suspensión de la corrida de toros que debía celebrarse el pasado sábado 8 de marzo con Morante de la Puebla -reaparecía en los ruedos-, Emilio de Justo y Borja Jiménez. Repuestos del disgusto por no poder ver a esos tres espadas el aficionado se encaminó el coso pacence con paraguas y chubasqueros en mano.
Un festejo donde se anunciaban Marco Pérez, Tomás Bastos y Olga Casado ente utreros de Fuente Ymbro, Talavante y La Purisima, propiedad ésta de la familia Bailleres. Si los focos estaban puestos en los novilleros que abrían y cerraban terna el gato al agua se lo llevó un joven portugués que dejó patente su concepto del toreo con dos faenas de gran pureza y autenticidad. Las cuatro orejas fueron un claro reflejo de toro lo realizado en un ruedo que acabaría enfangado al hacer -de nuevo- acto de presencia la lluvia.
Novillero que actualmente está apoderado por la madrileña Cristina Sánchez quien tras probar suerte con Antonio Ferrera y posteriormente con la novillera Raquel Sánchez encontró en este novillero luso una nueva ilusión. «Nuevo proyecto. Me sumo a la nueva etapa profesional del novillero portugués Tomás Bastos, de la escuela taurina de Badajoz. Gracias por la confianza depositada en mí para este apasionante viaje de apoderamiento» señaló Cristina Sánchez a través de su cuenta de X en octubre del 2023.
Un 2024 donde dio el salto a las novilladas picadas sumando un total de 13 festejos a este lado del charco estando entre ellos la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Mugron (Francia), Captieux (Francia), Vila Franca de Xira (Portugal), Nazaré (Portugal), Valencia de Alcántara, Villanueva del Fresno, Barcarrota, Morata de Tajuña, Arganda del Rey y Algemesí vieron y palparon la evolución de un novillero que este año se ha destapado en su primera tarde el año.
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Tomás Bastos y una rotunda mañana de cuatro orejas en Olivenza

Venía de tapado y se destapó, valga la redundancia, en una mañana donde cuajó a sendos novillos de Talavante. El primero de ellos sería brindado a un Julián López ‘El Juli’ que no dudó en acudir a la plaza oliventina para ver a tres novilleros de un enorme futuro. El portugués se llevó al esportón las dos orejas de su primero, un ejemplar noble, codicioso y humillador. Otras dos le pasearía al castaño quinto, utrero al que saludó a portagayola y al que dejó series profundas y de toreo ligado. Dos faenas que nos narró toro a toro nuestro compañero Pepe Sevilla.
Dos orejas paseó Tomás Bastos frente al segundo, un animal que fue de menos a más y al que especialmente cuajó por la izquierda, por donde dejó momentos de toreo de mano baja de mucho calado. El novillo, de buenas hechuras, repetidor y con humillación, tuvo duración para aguantar la proposición del joven luso, que selló un final de obra de mucho gusto, lo que junto a la estocada le permitió pasear el doble premio. Antes, había pareado con entrega y voluntad al astado.
Paseó dos orejas Tomás Bastos del quinto, un novillo al que saludó a portagayola y que casi lo arrolla, para dejar luego verónicas de gran trazo. Tuvo una pronta arrancada el utrero de Talavante, que acudía al cite pero con todo, por lo que fue excavando en su concepto el portugués para llegar con fuerza al tendido, dejando especialmente finales de serie de mucho gusto. Intentó llevar siempre muy toreado en las telas al animal, siendo esa su gran virtud, para dejar una media estocada que valió y pasear doble premio.