Cristina Sánchez no necesita presentaciones: la madrileña fue la mujer que salió a hombros de la primera plaza del mundo, rompiendo posteriormente —con su inclusión en las ferias y carteles de boato— una de las barreras más sólidas de la tauromaquia y, en cierto modo, de la sociedad de finales de los años 90. Lo hizo sin renunciar a su condición de mujer ni a sus ambiciones personales, con el objetivo de alcanzar esas cotas que siempre soñó desde niña.
Con el paso del tiempo, a Cristina le siguieron otras espadas como Mari Paz Vega, Sandra Moscoso, Conchi Ríos, Rocío Romero o las mexicanas Hilda Tenorio y Karla de los Ángeles, entre otras. Atrás quedan nombres como Juana Cruz de la Casa, ‘Juanita Cruz’; María Salomé Rodríguez Tripiana, ‘La Reverte’; Concepción Cintrón Verrill, ‘Conchita Cintrón’; María Luisa Jiménez, ‘La Atarfeña’; o María Fortes Roca, ‘Mari Fortes’. Mujeres toreras en distintas épocas del siglo XX que lucharon por hacerse un nombre dentro de un espectáculo donde ser mujer —en el ruedo— no estaba bien visto.
Como publicaron en su día los compañeros de Al Toro México, la novillera española Ángela Hernández, famosa por haber logrado que en 1974 se derogara el artículo 49 de la ley de 1908 que prohibía torear a pie a las mujeres, aseguró haber tomado la alternativa en un coso mexicano en 1979, de manos de Manolo Martínez, algo desconocido para muchos.
Ahora, Cristina vuelve a la primera línea con su libro Mujer y torero, editado por El Paseíllo, donde hace un recorrido valiente y directo por su carrera, sus logros y también por las sombras. Entre ellas, los vetos sufridos por parte de algunos compañeros que se negaron a compartir cartel con ella. En entrevistas recientes, tanto en ABC como en Antena 3, Cristina ha puesto nombre, voz y contexto a lo que durante años se susurró entre barreras.
“Las etiquetas duelen. Me llamaban pionera, pero también me cuestionaban constantemente”, confiesa en la entrevista publicada en ABC el pasado mes de mayo. “Avancé con una mochila de miedos y responsabilidades desde muy joven”. A pesar de la admiración que despertó en muchos sectores —y que continúa despertando—, hubo toreros que decidieron darle la espalda en los carteles. Ella lo cuenta sin rencor, pero sin titubeos: “Algunos compañeros se negaban a torear conmigo porque, según ellos, los manchaba”, explicaba en el programa Y ahora Sonsoles.
@yahorasonsoles 🗣️ Cristina Sánchez ha visitado el plató de #YAS para presentarnos su libro 'Mujer y torero'. 📲 Al completo en la web de #YAhoraSonsoles. \\\\\\\\\\ 📺 Todas las tardes con Sonsoles Ónega en Antena 3 a partir de las 17:00h. 👉 WhatsApp del programa en la descripción del perfil. #YAS #CristinaSánchez #Libro #Mujer #Torero #Torear #Toros #QueVer #TeleEnTikTok ♬ sonido original – Yahorasonsoles
No fue unánime, claro está. Muchos espadas, figuras respetadas, sí quisieron estar junto a ella. Curro Romero y Manzanares, por ejemplo, no dudaron en acompañarla el día de su alternativa en Nimes. Curro Vázquez y David Luguillano lo hicieron en su confirmación en Las Ventas, y también lo hicieron Miguel Espinosa ‘Armillita Chico’ y Alejandro Silveti en la Plaza México. Pero, como ella misma aclara: “Una minoría no lo veía bien. Aun así, el 95 % sí quería compartir cartel conmigo”.
Cristina no solo revela los nombres de quienes la apoyaron, sino también de quienes no quisieron hacerlo. “Dos compañeros han tenido el valor de reconocerlo y un tercero lo hizo en silencio”, apuntaba en la citada entrevista concedida a ABC. Los dos primeros fueron Joselito y Francisco Rivera Ordóñez. Sobre José, añade: “Me imponía mucho y me hacía sentir pequeña, pero fue honesto. Me lo reconoció con esa naturalidad de un tío tan legal como es él. Para mí, chapó”. Rivera, en cambio, fue citado de pasada en la entrevista de ABC, aunque Cristina se extendió algo más sobre su caso en Y ahora Sonsoles, el programa de Antena 3 donde también habló con más libertad.
Sin buscar polémicas, pero sin maquillajes, Cristina Sánchez relata que esos vetos no la detuvieron. “Puede ser que les molestara mi popularidad. Yo conseguí mis metas sin especular con la condición de mujer”, dice. No se presenta como víctima, pero sí como testigo de una época en la que ser mujer en los ruedos aún era visto como una rareza que incomodaba. “No sé si entiendo sus razones, pero no puedo hacer nada. Igual con el paso del tiempo les choca lo que dijeron. A nadie le regalan nada. Todo el que está arriba es por algo”, señaló en el citado programa televisivo, cuya entrevista completa se encuentra en este enlace.
