Eugenio de Mora, Álvaro Lorenzo y Tomás Rufo ofrecieron una gran imagen este domingo en la plaza de toros de Toledo, donde hicieron el paseíllo y reunieron a 2.500 personas en los tendidos. Una genial promoción del festejo tuvo su eco en un gran aspecto del tendido, que cumplía las medidas de seguridad sanitarias, y que acudió a un cartel conformado íntegramente por toros y toreros de la tierra.
“La corrida respondió a las expectativas que todos teníamos. Hubo un muy buen juego del ganado y los toreros estaban muy dispuestos. Venían muy motivados, primero porque hacían el paseíllo ante su afición; luego, por la oportunidad que era devolver los toros a las fechas del Corpus, y el resultado fue el esperado”, explica Pablo Lozano haciendo balance del festejo celebrado ayer.
En el tendido “se respiraba la satisfacción del nivel que tienen los toreros de la tierra, pero a la vez la pena de que la espada no rodase a Tomás Rufo para redondear el triunfo, ya que dio una gran dimensión”, describe el empresario de la mítica familia ganadera.
Además, este festejo sirvió como un homenaje oficioso a la figura de Don Pablo Lozano, fallecido el pasado mes de octubre: “Tanto en el caso de Eugenio como de Álvaro, mi padre estuvo muy próximo a sus carreras. Tanto de novilleros como de matadores de toros, él fue un fiel puntal para el desarrollo de ambos. En el caso de Álvaro, ha sido llevado muy directamente por él para que tuviese la confianza que su toreo necesita y lo mismo ocurrió con Eugenio en sus inicios. Lamentablemente con Tomás no ha sido así, pero siempre que lo veía, observaba una gran proyección en él”, detalla Lozano.
Y este cartel ha dejado claro que, cuando un festejo se promociona y se explica el porqué de la terna en éste, tiene el resultado de público que obtuvo el cartel de Toledo: “Todo cartel tiene que tener un porqué. No se puede hacer nada por hacer. Hay que confeccionarlo con un motivo, con un guion, y afortunadamente en Toledo tenemos estos toreros que te permiten conformar una terna así”. Además, la política de precios populares, a través de los cuales desde 15 euros podías ir a los toros, hizo el resto.