Curro Robles es uno de esos subalternos a los
que Sevilla le tiene un cariño especial. Por su carrera, pro su personalidad y
por su compromiso cara con al Fiesta y para con el aficionado, el hispalense
sabe que La Maestranza no es una plaza más. Este será su cuarto paseíllo en el
serial abrileño y, con el compromiso de hacerlo frente a una corrida de
Victorino, Robles se prepara para un momento especial en la presente temporada.
Curro Robles vuelve a destacar en Sevilla,
pero sabe que no sólo es él el que está a un nivel estelar, sino todo el toreo
de plata. «Estamos viviendo un momento de grandes profesionales, de grandes
subalternos. A la vista está el nivel que se está poniendo en el toreo de
plata». Hasta cuatro tardes pecha en Sevilla: dos junto a El Cid, una
junto a Esaú Fernández y acompañando a Lama de Góngora en su alternativa. Está
feliz Robles.
Y es la misma Maestranza la que ya sabe
reconocer la labor de Curro, que resume su profesión en hacer «las
cosas bien. Cuando se juntan las cosas, cuando los toros se dejan banderillear
y cuando se dejan torear despacio, hacer el paseíllo es un auténtico gozo. Hay
que hacer las cosas siempre en beneficio del matador, y uno disfruta cuando
éste está a gusto. Intento que todo salga lo más rápido posible».
Sobre sus preferencias a lo largo de la lidia,
el subalterno destaca «la satisfacción de torear un toro bien con
el capote es lo más grande. Es lo más importante de un subalterno. Si se junta
que seas capaz de parear uno bien es la mayor satisfacción, pero es más bonito
el capote».
Ante una corrida de Victorino Martín, todo
aquel que viste el traje de torero siente una presión diferente. También Curro,
que ha querido relatarlas a CULTORO en las horas previas a pasear en Sevilla
con el hierro de la A coronada. «Sobre todo, piensas en que embista la
corrida, que el matador con el que vas triunfe, que salgan las cosas. Sabes que
es una tarde muy importante para el torero, que quieres que todo salga bien. Es
una tarde clave, con un toro exigente y estás preocupado porque tu matador
corte las orejas y esté al nivel que le exige Sevilla», señala
Curro.
El manejo y selección del ganado previo a la
corrida es una labor, también del subalterno, que pocas veces sale a la luz.
Curro Robles nos relata este momento especial para un hombre de plata y su
personalidad al enlotar los toros. «Lo primero que me exijo son las
hechuras de los toros. Uno que tiene hechuras tiene más posibilidades. Si hay
algún cinqueño hay que aliviarlo con algún toro bueno. Si hay hermanos para
abrirlos y se puede, se hace. A priori tiene que haber un toro en cada lote que
te guste».
Cubre ahora el puesto de un Boni que ha salido
por la Puerta Grande de las filas de plata. «Cuando me dieron la noticia
estuve súper contento, porque estar colocado con una figura como El Cid que
como torero y persona es tremendo, lleva mucha ilusión pero mucha responsabilidad.
Intentaré hacerlo todo lo mejor posible».
Ha estrenado un nuevo traje esta Feria. No
podía aguantarse más, según afirma el propio subalterno. «Fue
en la primera tarde, lo tenía preparado y quería que fuera más adelante, pero
no podía aguantarme más y el día que toreé con Esaú lo lucí. Estoy muy
contento».