MADRID

Damián Castaño se deja con el acero una faena de Puerta Grande


domingo 23 marzo, 2025

El salmantino dejó, al segundo toro de Adolfo esta tarde en Las Ventas, una obra de toreo primoroso lastrada con la espada.

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Damián Castaño ejecuta un derechazo al segundo. Foto: Sánchez Olmedo

La cara de reviejo del segundo era más de toro de calles que de primera plaza del mundo, pero su afán de mirar por encima de tablas se encontró con el capote abajo de un Damián Castaño tan decidido como inteligente para meterlo en cintura hasta el centro del ruedo. Allí fue donde Adrián de Torres tiró de arrestos para dejar un quite por chicuelinas apretadas, que a la segunda ya se sabía el funo gris para remontar. Aún así lo brindó el charro, que ya en el inicio muletero tuvo que emplearse para que no se le quedase encima. Y tan bien lo hizo que en la primera tanda, citada en la media distancia y tragada a puro huevo para trazarle despacio a una humillación tan acusada como amenazante. Y así dos, tres series, comprometidas, que no enroscadas porque no podía ser. Madrid coreaba los derechazos, quería empujar a un Castaño que aún no había llegado a su cénit. Ese llegó al natural, con el bicho caminándole las arrancadas mientras él apretaba los dientes y tiraba de cintura para deletrearle los naturales hasta atrás. Y entonces sí se escuchó el berreo de Madrid, ese griterío armónico que sabe a victoria. Pero no a triunfo, porque la espada se le quedó atrás en una forma nueva de entrar a matar en el charro que no resultó efectiva. Porque pinchó en primera instancia y se le fue abajo a la segunda, cuando cazó al animal mientras sonaba un aviso. El reconocimiento de Madrid, ese sí, se lo llevó Damián en forma de cerradísima ovación.