Daniel Luque selló, en la corrida matinal de este domingo en la Feria de Pentecostés de Nimes, una nueva Puerta de los Cónsules en su carrera para seguir escribiendo la historia en el Coliseo. Así hemos narrado sus dos obras:
“Despreciado” se llamaba el primer toro, de 524 kilos, nacido en septiembre de 2020. Fue un toro cuajado y serio de presentación. No se entregó en el caballo, sin humillar y defendiéndose en los engaños. El torero lo metió en el canasto especialmente con la diestra, ante un toro muy brusco y violento. Fue un esfuerzo titánico, logrando series con mérito por ambos lados. En la parte final de la faena, consiguió una serie al natural de calado y otra de buen nivel por la derecha.Mató de un buen espadazo y fue premiado con una oreja.
Dos orejas paseó Daniel Luque del cuarto toro, un ejemplar de agosto de 2020, de 531 kilos, castaño chorreado, bajo de hechuras y más bonito de cara que el anterior. Fue un toro abanto de salida y frío, que no se entregó en el peto ni humilló en el capote. De nuevo, Luque toreó muy a favor del toro, iniciando la faena con suavidad, a media altura, con ligazón y naturalidad. Hubo tres series a cámara lenta, rematando la obra al natural frente a un toro soso, al que el torero supo entender y dominar con una lección de suavidad e inteligencia. Fue una faena muy técnica y poderosa, en la que no faltaron las luquecinas marca de la casa, muy ajustadas. Estoconazo y dos orejas.