MADRID

Daniel Luque confiesa cómo ‘tocó fondo’: «Es lo peor que puede vivir un torero, pero me siento feliz de salir de ese bache»


sábado 17 febrero, 2024

El torero de Gerena estuvo el pasado jueves en la tertulia de la asociación "El Toro" de Madrid y se 'rompió' con algunas de las cuestiones planteadas por los aficionados.

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Gesto de Daniel Luque en Las Ventas. © Luis Sánchez Olmedo

La carrera del torero sevillano Daniel Luque ha estado marcada, en las últimas dos décadas, por los altibajos. Pero siempre con un denominador común: ha tenido a Madrid y a Francia como su gran salvavidas en los malos momentos. Eso fue lo que el torero de Gerena recordó el pasado jueves durante las tertulias de la asociación “El Toro” de Madrid, un encuentro que reunió a decenas de aficionados y en el que el espada dejó múltiples titulares de interés.

En este caso, Luque recibió la pregunta de una aficionada que le cuestionó no sólo por los inicios de su carrera, sino por el momento en el que se encontraba actualmente. «Mis inicios en el toreo fueron por mi padre», comenzó señalando respecto al comienzo de su carrera. «Él ha sido ayuda de mozo de espadas de toreros importantes, como los Campuzano, y en mi casa lo único que veía eran capotes y muletas. Aunque mi padre no era muy partidario de que yo siguiese en este mundo, la que me apoyaba era mi madre y a ella le tengo que agradecer que hoy esté aquí», señaló Daniel Luque al inicio de la tertulia.

Luque: «Hoy me siento feliz de salir de ese bache»

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Daniel Luque en un gesto muy peculiar de su tauromaquia © Luis Sánchez Olmedo

«¿En qué momento estás?«, le preguntó la aficionada. «Los toreros reflejamos en la plaza el camino que llevamos. He tenido muchas etapas de mi vida profesional, incluso de tocar el fondo y no torear. Es lo peor que puede vivir un torero, pero hoy me siento feliz de salir de ese bache».

Y habló de Las Ventas como epicentro de sus casi dos décadas de alternativa: «Madrid es una plaza que me ha exigido mucho en los momentos en los que yo no he sido capaz de estar a la altura, pero cuando uno está bien, es una plaza agradecida al esfuerzo del torero. Mi padre me dice siempre una cosa cuando voy a torear en Madrid: estar seguro y entregado siempre es un triunfo en Madrid, aunque no se corten orejas. En los últimos años me lo he tomado por esa cuenta. Nada más pasearte por la plaza, te vienes abajo; es una cosa que no se puede explicar. Pero cuando se triunfa, es lo más grande que hay», confesó Daniel Luque.

«¿En qué momento te quedas de todo tu paso por Madrid?«, le volvió a cuestionar la aficionada. «Me quedo con la corrida de Gavira de aquel 12 de octubre. Personalmente pedí venir a esa corrida. Sabía que era una corrida que no iba a ser rentable económicamente; personalmente, no me lo tome así. Pero vine a demostrar que en ese momento podía cambiar la moneda. Esa oreja fue el trampolín a estos años», respondió Luque.

«¿Cómo se pasa de cielo al infierno?»

Y fue más allá la aficionada: «¿Cómo se pasa de cielo al infierno?», le cuestionó a Luque. «Cuando te acostumbras a tener un número de corridas y tener las temporadas hechas a inicio de año… como no seas capaz de organizarlo bien, perjudica mucho. Por eso, ahora he aprendido mucho de esas cosas. Y me lo tomo tarde a tarde, día a día y toro a toro. Si pasa un toro, es una oportunidad que se va, y viene otra. Así ha sido estos años. Voy a seguir así, porque me ha ido bien.