Tras el percance que David Galván sufrió el pasado sábado 26 de marzo en la primera corrida de la Copa Chenel celebrada en Alalpardo, el diestro gaditano estuvo presente en los micrófonos de El Toril, de Onda Madrid, para explicar cómo vivió el percance y sobre todo por qué «no estaba bien meterse para la enfermería» tras la cornada. A continuación reproducimos la conversación en el citado medio.
Todos nos asustamos muchos al ver que se perdía ese pitón sin saber si te había alcanzado de lleno. Una vez que se levanta y va al callejón vimos como eras el más tranquilo de los que allí estaban. Recuerdo que te refrescaron con agua -con el frío que estaba haciendo y enseguida pediste volver al ruedo. ¿De dónde daca uno la fortaleza y la convicción de saber que esa era tu tarde y no otra?, sabiendo de sobra que si entrabas en la enfermería ya no salías.
«Pues realmente es muy sencillo, es tener muy claro el propósito de vida que uno quiere, y en base a eso pues estar dispuesto a conseguirlo, no hay otra cosa. Eso engloba pues muchísimas connotaciones, una de ellas es estar dispuesto a entregar lo que tienes que entregar, y en esta profesión es entregarlo todo por el todo, si lo haces así pues lo más probable es que recuperes el todo, y en ese caso pues ya te digo, cuando me dio la voltereta solo pensaba en que me pudiera poner de pie y que el físico me respondiera. A partir de ahí yo sabía que mi interior iba a ir hacia adelante porque lo que iba a escuchar era la voz de mi alma, no iba a escuchar la cabeza».
Eres un torero tremendamente castigado por los toros, estamos hablando de un torero joven con toda una trayectoria por delante. ¿En algún momento te planteaste el parar? en el sentido de no ver recompensado en contratos todo ese esfuerzo y sacrificio que haces a diario.
«Hubo momentos de todo tipo, porque en una trayectoria como la mía con momentos de percances en los que la autoestima baja uno puede pensar muchas cosas. Fueron momentos criticos, claro que hubo momentos que pensé arrojar la toalla, sobre todo cuando finalizaba una temporada y pensaba en el devenir de mi vida, mentiría si dijera que no, lo que pasa que en esos momentos críticos siempre afloró el impulso ese de la vida, ese que no me hacía desfallecer. Mi vida es mi historia y te lo digo pese a todo lo que he pasado no cambiaba nada de lo que me ha pasado, entre otras cosas porque todas esas experiencias me llevan a estar con el grado de madurez y de convicción que estoy ahora mismo y sobre todo con las ilusiones y las expectativas de que todo lo que me pasó fue por algo. Independientemente de la plaza donde torre o el hierro que mate, me lo pongo como un desafío para quitarme todas esas limitaciones que a lo mejor en el pasado pude tener. Y esas limitaciones son las que me va a llevar a recorrer el camino de la forma que tenga que estar destinado para mi, pero controlando yo en todo momento las circunstancias, no que las circunstancias me lleven a mi».
Tras el percance hubo momentos de cierta incertidumbre, no sabíamos si ibas a salir, si lo haría tu compañero, cuéntanos un poquito como se coció todo.
«Si te digo la verdad yo estaba un poco enfocado en que quería tirar hacia adelante porque yo veía ahí que no podía irme sin acabar todo esto. Es cierto que había muchas voces, pero era consciente que si hacía caso a esas voces lo más probable es que no saliera, porque lo que me estaban aconsejando era que no continuara. Que si el sobrero era de Escolar, que si la paliza había sido gorda…. yo no podía pararme a escuchar eso porque no me iba a ayudar a conseguir mi objetivo. Estaba acara a cara con el Fundi y el Maestro no me decía nada, pero lo miré y pensé que como me iba yo a ir de ahí teniendo delante a un torero que ha vivido cosas más duras que esta. Eso me sirvió de motivación para volver a la cara del toro»