JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Ha encontrado David Galván nuevo apoderado. Será llevado en los despachos por el taurino Ángel Lillo, empresario de plazas manchegas que, junto al circuito que ya realiza en plazas andaluzas, dejarán un 2018 a priori ilusionante para el torero gaditano.
En primer lugar, ¿cómo ha surgido todo y qué esperanzas tienes en esta nueva etapa?
Todo surgió por parte de la motivación que nos movía a ambas partes, tanto a Ángel como a José Antonio Ortega, mi otro apoderado, y a mí. Creíamos que era un proyecto ilusionante, bonito, que se amoldaba lo máximo posible a esta temporada. Espero que sea una etapa en la que rememos todos a favor de conseguir mi objetivo, cada uno con su faceta. Va a ser una etapa en la que la ilusión no va a faltar.
Ha sido una temporada en la que la irregularidad en cuanto a contratos ha sido la tónica fundamental de tu año, además de la mala suerte en compromisos importantes como el de Madrid. Llegaste con la única corrida que tenías acartelada en la Feria, con el hierro de La Quinta, y además desgraciadamente te llevaste una cornada. Tuviste que cuajar la importancia de tu toreo en tus citas estivales.
Esa tarde de Madrid ha marcado mucho el devenir de la temporada. Tras un año 2016 importante para mí, quizá el más redondo de mi corta carrera, en la que me hice un sitio en Ferias de categoría, me esperaba que este año a principio de temporada tuviese contratos con argumentos para abrirme paso en otras ferias. Tuve la oportunidad de San Isidro, que fue la primera y la más importante. Es un privilegio hacer el paseíllo en esa plaza, pero el percance me dejó prácticamente inédito y marcó el devenir de la temporada. A partir de ahí, tuve que tirar de afición, de ambición y de paciencia por saber que no iba a ser un año fácil pero que cada oportunidad la tenía que coger con la máxima responsabilidad y el máximo compromiso. Aunque han sido pocas corridas, cada una ha sido un punto de inyección moral.
Después de una carrera en la que tienes hasta once cornadas, en la que has destacado en Sevilla, has cortado orejas en Madrid, has reventado cosos como Algeciras o El Puerto de Santa María… ¿qué líneas a trazar te planteas en tu campaña próxima?
He pisado plazas de una categoría tremenda, con Madrid como base, y además con toreros en mi situación. Mi temporada actual había dependido de esa tarde de Madrid y tras el percance, eso ha sido la causa de una campaña tan corta. Sobre el papel, es una campaña con expectativas ilusionantes. Así se lo he transmitido al nuevo apoderado, que quiero dedicarme a mi preparación exclusivamente, mantenerme al margen y estar con los cinco sentidos de que tengo que arriesgar en la plaza ya sea en cosos de menor categoría o en los sitios clave. Y siempre paso a paso. Te ilusiona seguir esa senda de cada uno con su espacio, intentando dar los argumentos que debo dar en la plaza como torero.