JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Dávila
Miura cerrará su particular triángulo esta tarde en Las Ventas: Sevilla,
Pamplona y Madrid para estoquear el hierro familiar con motivo del 175
aniversario de la mítica vacada sevillana y un final de Feria tradicional en la
primera plaza del mundo. «Es algo puntual y para ponerle la
guinda a mis tres reapariciones. Todas han tenido un motivo especial y este del
aniversario, sin duda, lo es. Los 175 años de la creación de la vacada merecen
un esfuerzo importante y me ilusiona una barbaridad este compromiso”, señala
en una entrevista a CULTORO en las horas previas a su compromiso.
Ya en 2015 toreó la corrida de Miura en la Feria de Abril de
Sevilla, el año 2016 hizo lo propio con el mismo hierro en Pamplona y esta
tarde matará la de Miura en el cierre de San Isidro. Hablamos con él.
En primer lugar,
Eduardo, ¿cómo han sido los días previos a esta corrida tan
importante en tu vida y en tu trayectoria como matador?
La
verdad que bien, me encuentro tranquilo. De las cosas que me he propuesto,
tanto en Sevilla como Pamplona, he intentado disfrutar o intentarlo lo máximo
posible. Dentro del miedo que se pasa, estoy intentando disfrutar todo: el
entrenamiento, los tentaderos, la preparación… y espero disfrutar en la previa
y en la plaza. Me siento tranquilo e ilusionado por poder dar una tarde buena
de toros.
¿Cómo está siendo la preparación, como para
torear toda una temporada normal?
Está
claro. La preparación es como si fueras a torear la temporada entera. Son
plazas de máxima responsabilidad, además que el toro no sabe si es una tarde o
veinte. Siempre me he considerado una persona responsable. Creo que hay que ser
responsable por las cosas y en estas reapariciones sigo viviendo para mi
profesión. No es lo mismo torear con asiduidad que hacerlo sólo una vez al año.
Tengo la conciencia tranquila por haberme entregado en cuerpo y alma para este
día. Las cosas que pasen son incertidumbre, pero la preparación creo que ha
sido como debe.
¿Cómo surgió todo? ¿Quién puso la primera
piedra, cómo nació la idea, cómo se la planteaste a tu familia y cómo llegaste
luego a un entendimiento con la empresa?
No es
que hubiese una hoja de ruta pensada, pero una vez que hice lo de Sevilla, que
fue la apuesta más gorda porque llevaba nueve años sin vestirme de luces y
después de salir las cosas más o menos bien, en aquel momento empecé a mirar de
reojo lo de Pamplona y se cuajó. Una vez que salió, y siendo consciente de la efeméride
de la fundación de Miura, entendí que si daba el paso debía ser en Madrid. Se ha
dado la importancia del recuerdo de los 175 años. Tengo una edad buena, la
ganadería familiar cumplió esas cotas y entendí que si hacía algo tenía que ser
en Madrid. Se lo planteé a Simón, fue muy receptivo y aceptó.
Ya que nos enfrentamos al toro de Pamplona,
también al de Madrid que poco se lleva…
Sí, son
similares de trapío. Hay un trasfondo en todo esto. Yo, como torero, en Sevilla
y Pamplona creo que tenía las cuentas saldadas, pero en Madrid ha sido mi espinita
clavada en el toreo. Nunca fui capaz de estar al nivel que me hubiese gustado.
Por una cosa o por otra no fui capaz de dar en esa plaza la imagen de torero que
me hubiese gustado y tengo una nueva oportunidad para conseguirlo.
¿Cuál es el mejor y el peor recuerdo que
tienes de tu paso por esta plaza?
El
mejor, el día de mi confirmación con el toro de Cuadri que le corté la oreja. El
peor, varias tardes en las que las cosas no salieron. Creo que llegaba a Madrid
muy presionado, atenazado, nunca fue una plaza donde me encontré a gusto por
error mío. Es un público exigente, que se pone en momentos intransigente, y me
pesó, pero espero ser capaz de revertir esto.
Desde aquel mano a mano en casa de Miura con
Pepe Luis que pudimos ver, ¿cómo ha sido tu preparación?
El del
tentadero fue un día muy bonito. Después he toreado algunos toros a puerta
cerrada. Agradezco a todos los ganaderos que me han abierto la puerta de su
casa desde que dije que iba a torear en Madrid. Muchos ganaderos han estado a
mi lado y para mí eso es muy bonito, ver que tantos ganaderos me han llamado.
He tenido la suerte de poder tentar bastante.
Sabemos que todas las circunstancias que
rodena a una tarde como Madrid pueden plantear muchos interrogantes, pero el
siguiente es obligado: ¿será la última, Eduardo?
La
verdad que no lo sé. No me lo planteo. Parece que se ha convertido en una norma
torear cada vez algo. Hoy me lo tomo como la última porque más allá del día 11
no miro. Siendo totalmente torero en activo, el día 12 por la mañana tendré de
nuevo mentalidad de torero retirado. En Madrid creo que sí será la última, al
igual que lo fueron Sevilla y Pamplona. Al final, está claro que solo se vive
una vez y esta es una profesión donde habrá momentos en los que tendrás que
dejar de torear por la edad. Mientras que me vea bien y capaz de ir a la plaza
con la mentalidad de triunfar no descarto nada. Pero más allá del día 11 no
pienso.
¿Has visto la corrida?
No me
gusta verlas antes. Nunca he sido torero de ver las corridas en el campo. La he
visto desde lejos. Voy a tener tiempo de verla. Es la corrida de Miura de
Madrid que mis tíos lidiarían matara quien la matara. Confío plenamente en mis
tíos, son unos grandísimos ganaderos y ojalá que salga la corrida como ellos
quieren que salgan,
Además con el gran precedente de ese toro
importante lidiado hace justo una semana en la feria de Pentecostés de Vic.
Ha sido
un toro bastante importante, mejor para ellos que para el toerro. El toro en la
muleta cambió. Fue muy bravo en el caballo, pero se le pegó mucho. Sí es verdad
que ellos sé que tienen responsabilidad pero mucha ilusión para que le embista
la corrida de Madrid. Ojalá sea una tarde bonita, para Rafa y Rubén también.