Emilio de Justo, tras lidiar al primero de su lote esta tarde en Madrid, señaló al micrófono de OneToro las virtudes y los defectos del animal “Ha sido un toro muy exigente por su casta. Es verdad que le costaba salirse de las telas, pero todo lo hacía por abajo. El animal te pedía llevarlo siempre enganchado, pero entre el viento y que no se salía de los vuelos era difícil dominarlo”.
Tras pasaportar al cuarto de la tarde se expresó de la siguiente forma: “El toro tuvo nobleza pero no le podía apretar al estar cogido con pinzas. Tuve que jugar con las alturas para toreando a media altura sin que el animal me tocara la muleta”.