SEVILLA

Gabriel Fernández Rey: «Todo se hizo con gran celeridad, pero siempre conforme marca el reglamento; aquí primaba el beneficio del espectáculo»


lunes 1 abril, 2024

Todo ocurrió este domingo en Sevilla pasadas las 9 y media de la noche, cuando se tuvo que tomar una decisión que afectaba de forma directa a Andrés Roca Rey: el toro no se levantaba de chiqueros y tuvo que lidiarse el segundo sobrero en sexto lugar, con el hierro de Román Sorando.

Roca Rey
Roca Rey, haciendo el paseíllo en Sevilla y frente al sexto de Sorando. © Pagés

Este domingo sucedió un hecho pocas veces visto en una plaza de toros de tanta categoría como Sevilla. El reloj pasaba de las nueve y media de la noche y por chiqueros salía un animal que rápidamente llamó la atención de los presentes. En la grada del 6, lugar donde parte de la prensa y aficionados tienen su localidad, rápidamente saltó la alarma. «¡Este toro no es el sexto!«, se escuchaba en los tendidos. Según la información dada por la propia empresa, debía salir un astado castaño marcado a fuego con el n.º 14, saliendo en su lugar un animal de pelaje negro con el n.º 79.

Por todo ello este medio ha querido hablar con Gabriel Fernández Rey, presidente en el día de ayer en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, un hombre que lleva varias décadas sentado en el palco, lugar desde el que ha tenido que tomar decisiones de todos los colores, algunas aplaudidas y otras criticadas. En este caso, según las palabras del propio Gabriel todo se hizo como marcaba el reglamento y tras consultar tanto a la cuadrilla como al propio equipo del diestro peruano, una decisión poco antes vista en esta plaza.

«Como bien dices, todo se hizo con gran celeridad, fue una decisión que tomé tras ver que no se podía demorar más la corrida. Todo se hizo conforme marca el reglamento, aquí primaba el beneficio de un espectáculo que había tenido que comenzar con 40 minutos de retraso al tener que acondicionar el ruedo por la fuerte tromba de agua caída antes del festejo», nos comentaba de forma pausada y sosegada Gabriel Fernández Rey.

Todo ocurrió de una forma muy rápida, las llamadas de teléfono se sucedían tras ver como minutos antes de la salida del último animal de la tarde este no se levantaba. Sonaron las alarmas y fue cuando el presidente, una vez realizada las pertinentes consultas, dio el visto bueno para que saliera el sobrero de Román Sorando: «Fue el delegado quien me avisó, pero fui yo el que tomó la decisión. Creo que fue la más acertada, el demorar el festejo hasta ver si el animal podía salir al ruedo era perjudicar a una afición que llevaba aguantando en los tendidos varias horas”«.

Gabriel, como máxima autoridad en la plaza se percató de un error que rápidamente fue corregido: “Una vez tomada la decisión, y con el ok de la cuadrilla de Andrés di el ok para que saliera el toro, momento en el que me percaté que la tablilla anunciaba los datos del sexto y no del toro que estaba reseñado como segundo sobrero. Rápidamente, llamé para que lo cambiaran, es lo que marca el reglamento, afortunadamente el toro salió a la plaza con la tablilla en perfecto estado”.

El hecho de estar pendiente del cambio de tablilla provocó que no se autorizara por megafonía el cambio en el orden de lidia, algo que Gabriel nos explica: «Yo entono el mea culpa en ese sentido. Estaba pendiente del cambio de los datos en la tablilla y no caí en que se avisara para anunciarlo a los aficionados, fueron momentos de mucha tensión en lo personal», nos relataba un presidente que mantuvo la calma en todo momento, ciñéndose a aquello que marca el reglamento.

Con el de Román Sorando en el ruedo y una vez siendo conscientes de la salida del segundo sobrero, vimos cómo Morante de la Puebla, director de lidia, dialogaba en el callejón con Florencio Castillo delegado de plaza para conocer de primera mano los motivos de este cambio. Una información que se podría haber dado mediante megafonía instantes antes de la salida de este astado, como, por otra parte, ya se hizo para anunciar la demora del comienzo del festejo, algo que según nos explicó el propio presidente corría de su cuente como máxima autoridad del festejo.

Según se informó en directo desde la plataforma OneToro, el animal que debía salir en sexto lugar andaba tumbado en el propio chiquero, haciendo este caso omiso a la llamada de los empleados de la plaza. Una información corroborada por el presidente a este medio. Una historia que fue la comidilla a la salida de un festejo donde Sebastián Castella y Roca Rey pasearon una oreja por coleta de sendos toros de la familia Matilla en una tarde donde Morante pechó con un lote muy deslucido.