La tarde del 1 de octubre estaba marcada en el calendario de todos los aficionados a la fiesta de los toros, más si cabe tras el anuncio por parte de El Juli de su retirada a final de esta temporada en Sevilla. Una fecha que fue cobrando cada vez más fuerza conforme se acercaba el día. Un domingo de San Miguel donde no quiso faltar nadie, incluso el sofocante calor que a esa hora reinaba en la capital hispalense. Paco Ojeda, Espartaco, Litri, Padilla, Pepín Liria, José María Manzanares, Juan Ortega, Román… fueron algunos de los compañeros de profesión que no quisieron faltar a la despedida de Julián en una tarde tan señalada.
Un festejo cargado de simbolismo; una tarde que, triunfos aparte, debía ser histórica al irse de los ruedos un torero que llevaba mandando desde su etapa de novillero. Julián decía adiós a su profesión en una plaza donde ha conseguido un total de 7 Puertas del Príncipe y un indulto. El madrileño tenía claro que no se iba a cortar la coleta en el ruedo, tampoco quería salir izado en volandas si no era con tres orejas en la mano, de ahí que se fuera caminando, pese a que fueron muchos los que intentaron convencerlo para que se fuera en hombros al hotel.
La tremenda emoción de José María Manzanares, captada por esta genial imagen de Santana de Yepes
Sevilla estaba engalanada como en sus mejores días, un gran número de compañeros y amigos del espada madrileño se encontraban tanto en los escaños de La Maestranza como en el propio callejón de ésta. No quisieron perderse una tarde que se presumía histórica. Con el cuarto de la tarde, ya sin vida en la arena, se cerraba el último capítulo de un libro que es historia de la tauromaquia, 25 años dan para mucho.
Alguno de sus amigos allí presentes no pudieron evitar que se le saltaran las lágrimas, ese fue el caso de un José María Manzanares al que se le vio emocionado mientras su amigo Julián daba ea vuelta al ruedo en olor de multitudes. Se emocionaba porque Manzanares sabe todo lo que ha pasado el torero madrileño, con él ha vivido la cara y la cruz de la fiesta, sin ir más lejos ha estado presente en su primera Puerta Grande en Madrid allá por 2007 y en la grave cornada sufrida en Sevilla en 2013, curiosamente ambas con toros de Victoriano del Río.
Por eso y por muchas más cosas, el alicantino se emocionó recordando todo lo vivido con un torero que más que compañero es amigo. Una instantánea que supo recoger el fotógrafo malagueño Jose Antonio Ramos Moreno, más conocido como Santana de Yepes, el cual acompañó esta imagen con las siguientes palabras: “Cuando los dioses se van, lloran las leyendas”. Una publicación que sobrepasó las 131.000 reproducciones en algo más de 12 horas.
