El caballo ‘Ilusión’, de la cuadra del rejoneador portugués Duarte Fernandes, ha muerto este sábado como consecuencia de la grave herida sufrida durante la lidia del sexto toro de la ganadería de Los Espartales en la plaza de toros de Las Ventas. El percance tuvo lugar durante el tercio de banderillas, cuando el toro alcanzó al caballo en la zona del vientre, provocándole una cornada de extrema gravedad.
A pesar de los esfuerzos de los veterinarios por salvarle la vida mediante una intervención quirúrgica de urgencia en el patio de cuadrillas, el equino no pudo superar las lesiones.
Este trágico suceso llega en un momento clave para Duarte Fernandes, considerado uno de los rejoneadores más prometedores del escalafón actual. El joven torero a caballo cerró un 2024 con actuaciones de peso, como la oreja que cortó en Madrid en agosto o su triunfo en la Feria del Pilar de Zaragoza, y afronta un 2025 cargado de compromisos importantes tras su paso por la Feria de La Magdalena de Castellón y en la Feria de San Isidro.
El caballo pertenecía a la cuadra de Carlos Zúñiga, que tiene una simiente de líneas contrastadas, muy asentadas en el vecino Portugal, dado el origen lusitano que Carlos quiere darle a una cuadra que busca la versatilidad. «Empiezo por mi ilusión de criar caballos lusitanos cuando llego a vivir a la Sierra de Madrid y puedo alquilar una pequeña finca para este fin junto con el disfrute de los ratos de ocio y el acoso y derribo, para lo que siempre dispongo de algún ejemplar», explicaba el propio Zúñiga en una entrevista realizada años atrás con este medio respecto a la cuadra que puso en marcha en las ceranías del municipio madrileño de Soto del Real.

Así narramos, en directo, la lidia del sexto ejemplar de Los Espartales por parte de Duarte Fernandes y el percance:
El último pupilo del empresario José Luis Iniesta fue un negro entrepelado que también tomó las de Villadiego al callejón. No una, sino dos veces. Tremenda la pericia del personal de toriles en la primera ocasión para evitar un percance, porque el de Los Espartales tenía a varias personas a merced tras el portón. Duarte Fernandes intentó voltear el caos y las dificultades de una lidia muy complicada, porque el astado, muy remiso y brusco, jamás tuvo fijeza en sus monturas. Muy complejo de sujetar. Pese a ello, dejó una farpa de tremenda exposición, quebrando de manera inverosímil a lomos de “Ilusión”. Ni un papelillo de fumar cabía entre toro y equino que, de hecho, fue llevado al momento por el luso al patio de cuadrillas, seguramente herido en los cuartos traseros. Cerró sobre “Aysper” con cortas antes de descordarlo en la suerte suprema.
