JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Sabían los Lozano lo
que embarcaba el pasado día 25 de mayo en El Cortijillo. Sabían Pablo, José
Luis y Eduardo –toda una vida dedicada al toro en la taquilla, en el ruedo y en
el campo- que ahí iba algo gordo. Como siempre que van a su plaza. Y le tocó en
sexto lugar a Ginés Marín. Y es que íntegramente vivir por y para este
espectáculo invirtiendo en él el beneficio que de él se ha sacado es amor
pasional y no banal. Y eso al final se recoge. Nos lo cuenta Eduardo Lozano en
las horas previas a lidiar su segunda corrida de Feria en la primera plaza del
mundo.
Enhorabuena, don
Eduardo. Fue una de las corrida de la feria la del pasado día 25. En líneas
generales, ¿cómo vio su ganadero el encierro?
Fue la corrida idónea para el momento que estaba pasando la
plaza de Madrid. Necesitaba una corrida que no se cayera, que se comportara
bien en todos los tercios y que tuviera qué torear, y luego saliendo un toro
excepcional como fue el sexto. A mí la corrida me gustó por esa variedad que
tuvo. Además, llegó en el momento oportuno. Estaba la plaza de Madrid muy
desagradable. Había cogido unos derroteros de reacción nula de la gente, no de
los que protestan que esos han estado siempre.
Supongo que sería la
corrida que esperaban… ¿cómo desgranaría cada lote de cada uno de los toreros?
El primero de El Juli tenía mucho que torear, exigía mucho
pero Juli estuvo sensacional con ese toro, porque le pudo a pesar de todo lo
que tenía. El otro animal de su lote, que salió en el tercio de banderillas
esperando y reservón, Juli se dio cuenta que en la muleta, haciéndole las cosas
bien, iba a romper. Y estuvo fenomenal. Lástima que no matara porque hubiese
salido otra vez a hombros. Álvaro tuvo en su segundo toro el defecto de no
dejarle la muleta en el hocico, que con estos toros de Alcurrucén es básico
para que den ese pasito más. Estuvo bien, pero le faltó ese pequeño defecto.
Ginés, en el primero estuvo decidido y el sexto fue extraordinario y estuvo a
la altura en el toro que no es poco. Tuvo un pequeño defecto: en las últimas
dos tandas lo debió sacar más afuera de las rayas, que era donde iba mejor.
Pero estuvo sensacional. Ese es un defecto que le vi en beneficio del toro, no
en el suyo, porque el animal iba igual por dentro que por fuera. El toro hizo
una leve insinuación de irse a tablas y si se lo hubiese sacado hubiese sido de
vuelta al ruedo, que se lo hubiese merecido. En conjunto, fue una corrida con
mucha responsabilidad según estaba viniendo la feria y te da una tremenda
alegría que te felicite todo el mundo a la salida.
Además una tarde
importante y que vuelve a escribir en la plaza de Madrid la gran historia que
dejaron toros como Jabatillo o Malagueño, ¿cómo describiría la actitud del toro
de Ginés desde su salida hasta su arrastre?
Yo aposté por él desde que estaba en el campo. Esas hechuras
son propias del toro de Núñez. Los que tienen las caras para arriba y son
estrechos de sienes suelen fallar muy poco en esta ganadería. Desde salida no
es fácil que se queden, eso lo da la casta esta de Núñez, pero este cumplió en
el capote. Ginés estuvo muy decidido, vio al toro en el inicio de la faena:
cuando te pones a torear al natural desde el primer momento es que has visto
que el toro tenía una nobleza exquisita. Para mí, entendió al toro y estuvo a
su altura. Algunas veces toros así te descubren
Además, recuperamos
las faenas de veinte muletazos con las que revientas Madrid.
Ese es un mal que padece ahora mismo el escalafón de
toreros. Viejos y jóvenes. No se pueden hacer faenas tan largas. Los toros,
sobre todo en Madrid, desde el primer pase tienen que transmitir jugándotela. Este
lo bueno que tuvo es que desde el primer pase se echó la muleta a la mano
izquierda y despegó aquello. Tienen que ser muletazos entregados y buenos. El
célebre arrimón, además, en Madrid no le da importancia, porque el toro está
aplomado y no transmite ese peligro al tendido. Ese arrimón en plazas de
primera no vale. Esa es la verdad. Pero esto es un golpe para recuperar las
faenas de toda la vida, con veinte o treinta muletazos, los adornos y a tirar
al animal de la primera estocada. Ese ha sido el toreo siempre.
Queda la tarde de
hoy, ¿qué viene del campo?
Vamos a ver si en la segunda se puede parecer a la del otro
día. Luego tenemos dieciséis corridas de toros preparadas, como siempre, además
de seis o siete novilladas y unos cuarenta erales.