En 2007 José Tomás volvió a los ruedos, cerrando un stand by abierto cinco años antes. Pero a su regreso (triunfal) le faltó pisar Las Ventas. Por eso, cuando en 2008 se anunció su contratación dos tardes, fuera del abono isidril, el planeta de los toros giró en torno a dos fechas, el 5 y 15 de junio.
A José Tomás había quien le reprochaba falta de compromiso (sic) mientras otros lo menoscababan poniéndole la etiqueta de “torero de provincias”. Dos horas más tarde del paseíllo, vestido de azul rey y oro, de ese 5 de junio de 2008 en Las Ventas, mientras salía a hombros- cuatro orejas en el esportón- camino la calle Alcalá, ya tenía, de nuevo, el toreo a sus pies.
Una conmoción, un clamor, que convulsionó a los aficionados, abrió telediarios y fue unánime reconocimiento en la crítica taurina, lo que para según quien fue un sapo difícil de tragar.
Toda la tauromaquia de José Tomás desplegada en dos toros de Victorino del Río (uno del otro hierro de la casa, Toros de Cortés) .Eso sí, los recalcitrantes en su ceguera, pese a no tener otra que rendirse a la evidencia, ponían un asterisco al suceso, algo que explicó muy bien Santi Ortiz en las páginas de 6TOROS6 : “ No quieren enterarse. Los que sistemáticamente han venido tergiversando la verdad…los que sostenían que José Tomás no quería venir a Madrid porque no está para enfrentarse al toro de Madrid, sino sólo para matar novilladas afeitadas (sic) en plazas de segunda; los que han visto expuestas al aire las vergüenzas de sus plumas y micrófonos por el vendaval de pureza y verdad que arrasó Las Ventas, continúan encastillados en su maliciosa manipulación…y ahora quieren propalar otra mentira, que José Tomás no es uno sino dos, el de provincias y el de Madrid.
Sigue San Ortiz: “ No, no quieren enterarse de que José Tomás es uno y es único; que Madrid no ha sido un hito separado del resto, sino un eslabón de una cadena de éxitos protagonizados por un torero instalado en la excepcionalidad…miran y no ven, palpan y no sienten. Pobrecillos”.
Por si había dudas ¿qué dudas?, diez días después, en el mismo escenario, José Tomás , ante un toro de Puerto de San Lorenzo y otro de El Pilar, puso de nuevo, como siempre, la vida en juego con un acongojante y épico compromiso consigo mismo, con el toreo, con la historia. Sufrió tres cornadas, la última al entrar a matar o morir, cortó tres orejas y, lentamente, sin un gesto tras la gesta, marchó a la enfermería.
Todo eso ocurrió en Madrid entre el 5 y el 15 de junio de 2008, una temporada que acabaría con el indulto de “Idílico”, de Cuvillo, en La Monumental. Después aún quedaba historia por hacer…
Su última corrida, hasta ahora, fue en el Corpus granadino de 2019 y quienes la vimos aún nos alimentamos de ella. La pandemia frustró lo ya anunciado en Nimes.
Y en la espera y la esperanza seguimos.