“Esta situación ha acabado con su vida, pero su historia y su legado siempre serán inmortales”. Son las palabras que El Juli saca directamente de su corazón minutos después de conocer la noticia del fallecimiento de Borja Domecq, pilar del campo bravo español en las últimas cuatro décadas y tronco fundamental sin el cual no se entendería el toro bravo en la actualidad.
“La amistad que nos ha unido estos años ha sido muy grande, además de que mi relación con él y con su ganadería ha sido emotiva siempre porque conseguí con Jandilla mi primera Puerta del Príncipe en Sevilla. Disfrutaba todas las conversaciones que tenía con él: en la plaza y fuera de ella era una persona muy amena, muy buen amigo y un grandioso ser humano”, confiesa El Juli en declaraciones a CULTORO.
“Él tenía una visión muy amplia de la tauromaquia y del mundo del toreo, y lógicamente cualquier consejo estaba siempre añadido a la sabiduría que rebosaba en Borja. Él hablaba de toros para faenas de oro y toros para faenas de plata, analizaba a los animales que tenía delante y sus embestidas a la perfección”, pone en valor El Juli mientras busca en su interior los mejores recuerdos que le unían al ganadero.
Por encima de todas las cosas –sigue describiendo López- destaca la emotividad de haber abierto la primera Puerta del Príncipe de su vida con este hierro: “Es un grandioso recuerdo que me guardo para siempre”, asegura Julián. “La calidad de las embestidas de Jandilla son difíciles de superar, una calidad que siempre ha estado impregnada por la personalidad de Borja”, defiende Juli.
Respecto a la crisis del coronavirus que ha acabado con la vida de Borja Domecq y que tanto está afectando a la tauromaquia, El Juli da esperanza a la afición: “Es una situación tremendamente delicada y tremendamente difícil para todos. La salud es lo primero y nuestra profesión esperemos que pronto se recupere. A partir de ahora seguramente tengan que cambiar cosas y habrá que readaptarse y reorganizarse: ahora, la gente influyente y con peso en la tauromaquia debe remar para el mismo lado”, señala El Juli. “La incertidumbre es tremenda, pero hay que tener paciencia”, concluye.