Cuatrocientos kilómetros exactos separan Mont de Marsan (Francia) de Santander. Esa es la distancia que ha recorrido este sábado maratoniano Íker Fernández “El Mene” para torear por la mañana y por la tarde a ambos lados de los Pirineos. Un esfuerzo que no encontró el refrendo del triunfo, pero que, sin embargo, a buen seguro le habrá servido para ese vivir en torero, ese devorar kilómetros que tanto anhelan los toreros en verano.
“No hubo suerte con mi lote en Francia, no hubo que correr turno, pero en el quinto he pedido salir de la plaza para poder llegar a tiempo”, explica el maño a Cultoro recién llegado al patio de cuadrillas de Cuatro Caminos, en Santander.
“Lo bueno, es que llegas en caliente”, bromeaba El Mene, que tuvo que “comer en la furgoneta con la cuadrilla y descansar un poco, porque en el hotel sólo ha dado tiempo a llegar y vestirnos de nuevo para venir a la plaza”, relataba el emergente novillero.