La ganadería de Concha y Sierra es todo un tesoro genético que tiene la Fiesta. Es una rama que mantiene el encaste Vazqueño sin ningún salpicón de otra sangre diferente. En 1873, don Fernando de la Concha y Sierra la formó con reses de Taviel de Andrade y de Castrillón. En 1887, tras su fallecimiento, una gran parte pasó a su viuda, doña Celsa Fontfrede, de quien pasó a su hija doña Concepción de la Concha y Sierra en 1929. En 1966, al fallecer, se anunció a nombre de Juan de Dios Pareja Obregón y García, que a finales de 1968 se la vendió a José Luis Martín Berrocal, siendo vendida en 1970 a King Ranch España, S.A., con la denominación de “Los Millares”.
El matador de toros don Miguel Báez Espuny “El Litri” la adquirió posteriormente en 1979 y cambió el nombre a “Toros de Concha y Sierra”. En 1994, fue comprada por María Luisa, S.A. Explotaciones Agropecuarias, anunciándose a nombre de “Ganadería de Concha y Sierra”. Tres años después, adquirieron 57 vacas de “La Dehesilla” y un semental de José Luis Pereda, pero en 2007 se elimina toda esta procedencia, quedándose únicamente con ganado de puro encaste vazqueño.
En 2013 se vende la ganadería a un empresario francés de la industria panificadora, Jean Luc Couturier. Se trasladaron todas las reses desde las fincas de «El Campillo» y «Dehesa Boyal», situadas en San Bartolomé de la Torre (Huelva), hasta su nuevo destino en una finca próxima a la ciudad de Arlés (Francia).
José María López, que se dedicaba a la compra y venta de toros, adquirió entonces algunos a Couturier. Éste fue a verlos a un concurso de Villarejo de Salvanés y al finalizar hablaron sobre las vacas y el encaste que poseía Couturier. Al poco le ofreció la oferta de toda la ganadería y en octubre de 2021, el matador de toros y ganadero propietario de los famosos cabestros y toros de la ganadería de «El Uno», no dejó pasar la oportunidad de ocuparse del regreso a España de este hierro único, trayéndose todos los animales a la finca “El Maquilón”, en Guadalajara.
Los toros de Concha y Sierra pastan en una finca de 350 hectáreas situada a orillas del río Tajo
“El Maquilón” es una finca de 350 hectáreas situada a orillas del río Tajo entre Estremera y Almoguera. En ella pastan los bueyes más famosos protagonistas de los Sanfermines -hasta el año 2019, ya que en 2022 no acudió-, las reses de casta Vazqueña y su otro encaste de procedencia Domecq. Esta finca cuenta con 800 metros de altitud y llanuras con un rico pasto y abundante agua, siendo un lugar idóneo para la crianza del toro bravo.
En la actualidad, cuenta con alrededor de 115 vacas madres dividido en tres lotes de entre 30 y 33 vacas cada uno; y otro de dos lotes con lo de Domecq y Garcigrande; 2 sementales y 82 becerros de las vacas paridas este año.
2022: año de adaptación
El pasado año fue un año escaso en ventas por la reciente adquisición de la ganadería y las adaptaciones que necesita hasta que aumente el número de animales. Lidió en Zaragoza y en las Rozas de Puerto Real.
En Zaragoza lidió en la corrida concurso del 9 de octubre en la plaza de la Misericordia el toro ‘Limosito’ nº 85, por parte de Fernando Robleño: «Fue de los días que más he disfrutado porque el toro de la concurso se arrancó al caballo desde los medios las tres veces».
En la Copa Chenel lidió en la tercera semifinal que se celebró en Rozas de Puerto Real el 25 de junio, donde se vivió un duelo ganadero junto al hierro madrileño de José Vázquez, que fueron lidiados por Ángel Téllez, Marcos y Francisco de Manuel, siendo el último torero el triunfador de la tarde.
Objetivos para 2023 y los próximos años
José María López está consiguiendo poco a poco que crezca el número de cabezas en la ganadería castellanomanchega, pero está siendo demasiado complicado y el ganadero así lo comenta: «La cría de este toro tiene la ventaja de que es único y quien quiera un Concha y Sierra tiene que venir aquí, pero el inconveniente es que a la vez al haber tan poco número de vacas y toros es difícil ir haciendo corridas de toros y completar las camadas».
Este año ha realizado uno de los herraderos y habla sobre ello con Cultoro: «Hace unos días hicimos el herradero de las que vinieron de Francia y trajimos 20 animales, 11 machos y 9 hembras, así es muy difícil. Estás obligado a dejar todas sin tentar o a la desaparición. Claramente para seleccionar tengo que tener bastantes vacas para poder echar muchos sementales y así poder abrir las familias, que esto es lo que me está llevando su tiempo y está siendo una locura».
De hecho, está intentando abrir las familias de diferentes maneras: «Tengo dos sementales fijos y estoy echando novillos y toros sin tentar a las vacas. De los 80 y pico que tengo hay hijos de 7 toros, porque si no es imposible. Hay que ir probando y el año que viene empezaré a tentar a las añojas. Iré viéndolas y los toros que me den buenas vacas será los que deje luego para sementales».
14 toros de Concha y Sierra para 2023 y los objetivos de López: «Quiero llegar a las 200 o 250 vacas madre para tener unos 60 o 70 machos«
Para este año posee una pequeña camada de toros para lidiar debido a los pocos animales que tiene por ahora: «Tengo preparados 14 toros, pero no tengo nada cerrado. Es posible que repitamos en la Copa Chenel”.
Además, José María López tiene en mente un claro objetivo para los próximos años que se va a basar en la constancia y fidelidad a su nuevo encaste: «Yo me quiero fijar exclusivamente en lo de Concha y Sierra que es un encaste fundacional y la otra procedencia la quiero ir eliminando poco a poco. Quiero llegar a las 200 o 250 vacas madre para tener unos 60 o 70 machos y poder llevarlos a novilladas picadas y corridas de toros».