Dentro del campo bravo hay fincas con una gran historia detrás, explotaciones ganaderas que en su día pertenecieron a ganaderos o familias ilustres que con el tiempo han ido cambiando de manos. Dos de las dehesas más significativas de la provincia de Huelva están actualmente en manos de la familia Moya, ganaderos del hierro de El Parralejo. La primera de ellas es aquella que le da nombre a la vacada, una finca situada en el término municipal de Zufre donde se asentó por completo la citada ganadería hasta la compra de Monte San Miguel.
Situada en el término municipal de Aracena, esta explotación ganadera ha venido a repartir la carga de ganado existente en la otra finca tras la subida paulatina de cabezas de ganado. Ambas son fincas cargadas de historia, curiosamente las dos con un estrecho vínculo con la familia Núñez, ganaderos de bravo que asientan su vacada en la lejana Tarifa. Vasos comunicantes entre dos fincas que actualmente dan cobijo a las reses de El Parralejo, una vacada que pasa por uno de los mejores momentos de su reciente historia.
Para conocer sus comienzos recuperamos una entrevista concedida por José Moya, tristemente desaparecido en enero del 2021 tras más de un año luchando por un cáncer. El empresario sevillano concedió un número importante de entrevistas sobre una vacada que había cimentado desde los cimientos, esa que formara hace casi 20 años, un sueño romántico que ahora se encarga de continuar su familia junto a Rafael Molina, uno de los hombres clave en este proyecto.
José Moya: «Sin la ayuda de Borja Domecq, Ricardo Gallardo y Rafel Molina nada de esto hubiera sido posible»
“Esta aventura empieza en los Sanfermines del año 2005 en una habitación que tiene El Potra en la plaza de toros de Pamplona donde cada mañana de apartado de las reses invita a los amigos a una copa. Allí es donde Borja Domecq, Ricardo Gallardo, Rafel Molina yo decidimos que yo quería ser ganadero y que ellos me iban a echar una mano” comentó el empresario y ganadero sevillano.
Tras ese paso dado hacia adelante era el momento de buscar una finca y empezar a ver líneas y reatas para comenzar este proyecto: “Las primeras vacas llegan a la finca sobre febrero-marzo del 2006. En principio vienen unas 65 vacas de Ricardo Gallardo marcadas a fuego con el hierro de Fuente Ymbro y unas 50 de Jandilla. Todas ellas vienen con dos toros de Jandilla y otros dos de Fuente Ymbro y cada año Ricardo y Borja me han ido prestando sementales que han ido cambiando cada año” explicaba.
Pero ¿Cuál es la unión que tiene la finca ‘El Parralejo’ con la familia Núñez? Esa es una pregunta que respondió también el ganadero sevillano en aquella entrevista realizada un tiempo después de comenzar esta aventura. “Esta finca tiene mucha historia, te cuento. El Parralejo es parte de lo que en su día fue la finca de la ganadería de Rincón, esa que como bien sabes es la que da origen al hierro de Núñez, por lo tanto, para mí tiene esa nostalgia de saber que aquí pastaron los toros de este emblemático ganadero” concluyó.
Se trata de una finca que está situada a 64 km de Sevilla, una finca muy quebrada lo cual le da al manejo del ganado cierta dificultad, esa que una vez que se adquirió Monte San Miguel únicamente cobija a las hembras. Sería en septiembre de 2017 cuando la familia Moya compra la finca aracenense a la familia González Sánchez-Dalp, una dehesa de 1.200 hectáreas, de las cuales 200 hectáreas son coto privado de caza mayor. Se trata de una finca que cuenta con una casa y varias edificaciones diseñadas por Aníbal González, arquitecto sevillano que tiene entre una de sus obras más significativas la Plaza de España de Sevilla.
Aquí durante varios decenios pastaron los animales de Manolo González, y González Sánchez-Dalp, este último perteneciente en su día al diestro Juan Belmonte. Sería en 1974 cuando Manuel González Cabello adquiere vacas y sementales a los herederos de D. Carlos Núñez, cediéndola posteriormente a sus hijos Manuel, Matilde y Carlos, los cueles en el citado año 2017 venden la finca familiar asentándose en ‘Las Torrecillas’, dehesa familiar perteneciente también al término municipal de Aracena (Huelva).
“Tenemos las dos fincas dedicadas al ganado bravo: en el Parralejo se encuentran las vacas con los sementales, y en Monte San Miguel tenemos las eralas de tentadero y todos los machos” comentaba a este medio. “Una vez realizado el herradero tanto las añojas como los añojos pasa a Monte San Miguel. Las hembras salen después de tentarlas, bien a El Parralejo, bien al matadero. Bien es cierto que hay algún porcentaje que se vende a otros ganaderos, pero son las menos”.
Una estructuración que permite que tanto los machos como las hembras puedan vivir en importantes extensiones de terreno sin estar hacinados en zonas de menor tamaño. “Nosotros creemos que es importante que los animales estén cómodos, que puedan moverse sin problema y eso únicamente lo da el espacio. El Parralejo tiene zonas más quebradas, lugares para el resguardo del ganado, también se nos quedaba pequeña por aquello que te comenté antes, de ahí que la división del ganado en fincas fuera la solución más ventajosa” expuso.