Emilio de Justo, en la segunda de sus tres comparecencias en Madrid este abono, ha vuelto a dejar una actuación de entrega y toreo caro al cuarto con una plaza en la que su nombre ya es un emblema. Así hemos narrado su obra:
De 614 kilos era el Bocinero cuarto, de marzo de 2020, un toro serio como él solo. Animal que no terminó de definirse en los primeros tercios, quitando Roca Rey por gaoneras. El inicio de De Justo tuvo sabor, con doblones de poder ante un toro de entrega por abajo aunque corto viaje. Y en las dos series por el derecho siguientes aprovecho esa virtud el extremeño, especialmente en un pase de pecho a pies juntos de bellísimo trazo. Al toro había que llegarle mucho para que embistiese, pero cuando lo hacía era con clase con ese defecto del viaje corto. Por la zurda también estuvo firme Emilio, que dejó naturales de trazo lento. Y acabó de nuevo con naturales por la derecha, dejando muletazos a ralentí y una trincherilla de eterno trazo. Una delicia ese cierre de faena, junto con la estocada arriba. Oreja con petición de la segunda.