En una tarde cargada de simbolismo y emoción, Emilio de Justo ha protagonizado uno de los momentos más sentidos de la última corrida de la Feria Taurina de La Línea de la Concepción este domingo, al brindar el tercer toro de la tarde a Dolores Montoya “La Chispa”, viuda del legendario cantaor flamenco Camarón de la Isla.
El toro, número 24, de nombre Cobrador, perteneciente a la ganadería de Victorino Martín, no permitió lucimiento en el capote. Salió con ímpetu, acudiendo con presteza al caballo, y mostró desde el inicio una notoria dificultad en la muleta. Pese a ello, el diestro extremeño, muy firme y con gran oficio, supo entender al astado, llevándoselo a sus terrenos, perdiéndole pasos con inteligencia y manejando la distancia con temple y conocimiento.
El gesto más emotivo de la tarde llegó al inicio de la faena: Emilio de Justo, ferviente seguidor de Camarón, dedicó la lidia de «Cobrador» a Dolores Montoya, quien presenciaba la corrida desde una barrera del tendido. Conocida como «La Chispa», Dolores fue la esposa del maestro del cante y es madre de sus cuatro hijos: Luis, Gema, Rocío y José (Cheíto). Ha sido, además, una figura clave en mantener vivo el legado de Camarón, tanto en el ámbito familiar como en los múltiples homenajes públicos que ha protagonizado o apoyado a lo largo de los años.
La faena, aunque marcada por las dificultades del toro, caló en los tendidos por la actitud del torero, su entrega y la hondura con la que toreó. Tras una estocada certera, el público pidió el trofeo, y el presidente concedió una oreja, que Emilio paseó entre aplausos, dedicándola a “La Chispa”.
Una tarde que unió el arte del toreo y la memoria del cante, sellando un emotivo encuentro entre dos mundos profundamente enraizados en la cultura andaluza: la tauromaquia y el flamenco.