Emilio de Justo ha sido sin duda, un año más, uno de los espadas de la temporada. Por sus triunfos y por su apuesta ante toro tipo de animales, el de Torrejoncillo es uno de los diestros más esperados por los aficionados. Un 2024 donde alcanzó las 41 corridas de toros a este lado del charco, siendo el espada que mayor número de rabos ha paseado con un total de 6. Y ha dejado su sello en todas y cada una de las plazas donde se anunció, estando todavía ausente de otras donde se debería haber contado con él.
Concluyó su temporada europea el pasado 20 de octubre en la plaza de toros de Alba de Tormes con un triunfo de tres orejas, alcanzado la cifra de 76 durante una temporada de gran intensidad que comenzaría en Navalmoral de la Mata el 17 de marzo y finalizaría en el citado coso salmantino. 13 han sido sus paseíllos en cosos de primera categoría, 12 más en segunda y 16 en ruedos de tercera, un número importante que lo aupó al octavo puesto del escalafón.
Su regularidad en cosos de segunda y tercera categoría también hizo que alcanzara unos números espectaculares en relación con el corte de orejas. Pero esa temporada ha tenido su cénit en cosos de máxima exigencia pese a los indultos en Almendralejo y Burgos.
Madrid, Sevilla, Pamplona, San Sebastián, Bilbao o Zaragoza han sido algunos de los cosos de primera donde ha paseado orejas a toros de distinta procedencia y condición, destacando la tarde de Málaga con el corte de cuatro orejas a una interesante corrida del hierro gaditano de Torrealta.
Con la temporada finalizada es el momento de echar la vista atrás y resumir un 2024 donde el diestro de Torrejoncillo ha alcanzado una regularidad que no se le veía desde antes del percance de aquel Domingo de Ramos en Madrid. Un 2024 donde Madrid volvió a rendirse a su toreo, más si cabe, el pasado 12 de octubre con una tarde sobresaliente ante los toros de Victorino Martín, una de sus ganaderías fetiche.
Un breve paso por México y su primera comparecencia en ruedos españoles
Para empezar el año, pasó por la Monumental Plaza México durante su Feria del Aniversario. Fue aquel lejano 25 de febrero con la corrida de Pozohondo junto a José Mauricio, y Diego San Román. Su aterrizaje en España le llevaría a Navalmoral de la Mata (Cáceres) el 17 de marzo, coso donde alternó con Sebastián Castella, y Tomás Rufo ante toros de Alcurrucén. Un festejo donde pasearía tres orejas del gran encierro enviado por la familia Lozano.
Valencia y su primera tarde en un coso de primera categoría
El 19 de marzo sería su toma de contacto con un coso de primera categoría en Europa, día señalado en el calendario taurino y festividad mayor en Valencia. Fue junto a David Fandila ‘El Fandi’ y Paco Ureña en una tarde donde saldría silenciado ante sendos toros marcados a fuego con el hierro salmantino de Montalvo. Primero fue la embestida dormida y sosa del tercero de Montalvo aquella que impidió el lucimiento del cacereño, quedando prácticamente inédito en el que cerraba plaza
Almendralejo y una tarde para el recuerdo
Si no había tenido suerte en su paso por las Fallas, ésta no le fue esquiva en Almendralejo, plaza donde desorejó al interesante segundo de Juan Pedro e indultó al extraordinario quinto, animal de nombre “Nudista” premiado con el indulto. Festejo donde la terna y el mayoral abandonan el coso a hombros de los aficionados por la puerta grande. Así lo narramos:
“Nudista”, un ejemplar muy bravo, con fijeza y con mucho tranco que Emilio de Justo entendió y lució a la perfección. Cumplió en un único y justo puyazo en el caballo, pero en la muleta fue sobresaliente. El saludo capotero ya avisó de la calidad de un animal que embistió con codicia. Brindó a su Peña una labor que comenzó con trincherazos que fueron auténticos carteles de toros. Toreo caro y de verdad con series extraordinarias por ambos pitones. El toro era una máquina de embestir. Final de faena con naturales por ambos pitones sin la ayuda. Máximos trofeos simbólicos para un torero en plenitud.
Su doble e interesante primera cita en Sevilla
Tras el suceso de Almendralejo se anunciaría con los toros de Garcigrande en Arenas de San Pedro (Ávila) el 24 de marzo, una tarde donde se entretendría en desorejar por partida doble a su lote del hierro salmantino. Las fechas del 16 y el 18 de abril estaban marcadas en rojo para un espada que volvía al coso del Baratillo tras no hacerlo desde la pasada Feria de Abril. En esta ocasión fue ante los toros de la citada divisa de Garcigrande y la cordobesa de La Quinta.
Una oreja pasearía en la primera de sus dos tardes, sería ente los toros propiedad de Justo Hernández en un festejo donde el segundo de su lote se acabaría apagando, imposibilitando volver a tocar pelo. Tarde donde dejó patente el momento que pasaba y sus ganas de volver a triunfar en una plaza donde ya había alcanzado la gloria hasta en dos ocasiones con los toros de Victorino y Matilla. Así narramos su primera oreja:
El segundo llevaba por nombre ‘Azafrán’ un toro que evidenció ya de salida tanto su justeza de fuerzas como su gran pitón izquierdo. Quiso soltar muñecas ya con la capa el extremeño en un recibo a la verónica desigual pero con momentos de gran temple. Pese a la poca fuerza del toro acertó el palco en dejarlo en el ruedo al atisbársele una gran condición pese a estar cogido con alfileres. Las primeras tandas a derechas fueron para ahormar la embestida de un astado al que De Justo nunca apretó en el citado inicio. Pero fue por el lado izquierdo donde el toro sacó un tranco de más. El cacereño se asentó en los riñones para dejar naturales de gran cadencia y hondura. Dejó volar sus muñecas para dibujar muletazos al ralentí ante un toro que una vez asentado no se dolió en el castigo. Acertó en las alturas y las distancias, apretó y alivió al astado cuando este lo requería, de ahí que el de Garcigrande sacara el gran fondo que llevaba dentro. Pulseó cada embestida para torear con los vuelos a un animal que siempre exigió ir enganchado. Anduvo firme, asentado y siempre en torero para canalizar en las yemas de sus dedos a un toro que no admitía tirones ni cambios de ritmo. A pies juntos y llevándose al Garcigrande tras la cadera acabó de darle forma a una labor de mucho poso. La estocada puso en su mano una oreja de peso tras una labor de gran asentamiento y solidez.
Un triunfo rotundo con la corrida de La Quinta en su segunda tarde en Sevilla
Conseguiría el triunfo de la puerta grande dos días después con la corrida de La Quinta, un festejo donde le pasearía la oreja a cada animal que le cupo en suerte esa tarde. El encierro enviado por la familia Conradi exigió a una terna que no se arrugó en ningún momento pese a los matices de una corrida para «aficionados». En tercer lugar salió ‘Palomito’ un toro con picante en sus embestidas al que el extremeño realizó una faena emocionante pero con dientes de sierra. El cacereño apostó por un ejemplar que en los primeros tercios evidenció que no iba a estar sobrado de fortaleza. El de Torrejoncillo le dejó siempre la muleta puesta y tiró de un toro que se sintió más cómodo en la media distancia. Este fue un ejemplar pronto y fijo, un animal con disparo que exigió una barbaridad en terrenos y alturas. De Justo siempre buscó perderle un paso entre muletazo y muletazo para así intentar alargar la embestida de un astado con virtudes. A zurdas embistió muchas veces por dentro y sin irse a los vuelos. Se vio algo acelerado a un diestro que tuvo delante a un burel con carácter y con el que no perdió la compostura. Volvió a ganar en vibración el trasteo con una serie final a derechas de gran rotundidad pese a ser esta a media altura. Tras pasaportar al animal paseó una oreja como premio a su labor.
Tiró la moneda Emilio de Justo con el que hizo sexto un toro nada fácil al que el extremeño sacó el fondo de casta que llevaba dentro. Gracias a su firmeza de plantas y su buena colocación Emilio fue poco a poco picando piedra. Faena de menos a más la realizada por un espada que aguantó varias coladas por parte de un astado que siempre exigió firmeza y mando. Sería de mitad de faena hacia adelante cuando apretó de verdad por abajo a un toro que respondió con humillación pese a tener embestidas cambiantes. Acertó en dejarle la muleta en la cara y tirar de un toro que no permitía fallos. Mucho mérito tuvo un trasteo que volvió a evidenciar el momento por el que pasa. Tras pasaportar al animal pasearía una oreja (aviso) de un animal de La Quinta que pesó en los trastos.
De Justo, presente en la vuelta de los toros a Ciudad Real
Se iría de vacío con los toros de Algarra el 28 de abril en Ciudad Real, una tarde donde la tizona le privó de un gran triunfo con la corrida de la divisa sevillana. Si a su primero le perdió la oreja tras una faena a media altura, con el quinto dio una vuelta al ruedo tras no estar certero en la suerte suprema ante un astado que propició ver la mejor versión del extremeño:
Se estiró con sumo gusto de capote Emilio de Justo para saludar al quinto, un toro también bajo y más terciado pero al que dejó su sello a la verónica. Y luego en las chicuelinas de manos bajas del quite, de gran calado arriba. Al tendido brindó, echándose de hinojos en el centro del anillo e iniciando faena de la rodillas. Y dejó una faena de plena entrega y de toreo de gusto por ambos lados. De menos a más la faena, asentado, con gobierno y llegando con fuerza al tendido ante la brava condición del de Algarra. Y acabó ganándole un paso al toro en una serie a diestras de plenitud. Las manoletinas con el compás abierto pusieron el broche, pero no la espada, porque pinchó al animal. Una lástima. Vuelta al ruedo.
Tarde rotunda por San Pedro Regalado en Valladolid
Su siguiente cita con los aficionados fue el 12 de mayo en Valladolid, una tarde donde pasearía tres orejas de su lote de Garcigrande en un festejo sonde se acarteló nuevamente con Morante de la Puebla y Andrés Roca Rey. Así narramos sus obras:
Abanto de salida el segundo de la tarde, salió Emilio de Justo hasta los medios prácticamente a pararlo. Intensas verónicas y chicuelinas coreadas por el público. Puyazo en el sitio y quite por el palo anterior, más ceñidas está vez. Tras banderillas brindó a Fernando Fernández Román. Toro exigente, codicioso, y desbordante, marcando las querencias en varias fases de su faena. Un firme Emilio exigió al astado desde el inicio, faena de exigentes muletazos por el pitón derecho, menos acoplado estuvo por el izquierdo. El fervor en los tendidos se hacía presente tras los naturales con la derecha, y los ayudados por bajo finales. Estocada baja. Oreja y bronca al palco. Dos vueltas al ruedo dio Emilio.
A porta gayola fue Emilio de Justo a recibir al quinto de la tarde, lo veroniqueó genuflexo de bellas formas en el tercio. Tras su lidia breve, brindó a una concurrencia enfervorecida tras la faena a su primero. Una afición dispuesta a todo, tras la negativa del presidente a conceder la segunda oreja en su anterior toro, dispuso todo para el triunfo. Algo mansurrón y marcando sus querencias fue el de Garcigrande, pero con una embestida exquisita, haciendo el avión cuando metía la cara. Por el pitón derecho estuvo asentado Emilio en todo momento, dando tandas largas y exigentes. Por el izquierdo no vió el sitio y solo recetó una tanda, volviendo a la mano derecha con un animal más rajado. Lo mató de estocada entera. Dos orejas.
Madrid y su primer cartucho en San Isidro
El 17 de mayo sería la fecha elegida para su primera comparecencia en la primera plaza del mundo, una tarde donde se anunció junto a Miguel Ángel Perera y Ginés Marín en un festejo donde la materia prima la pusieron los toros de La Quinta. Así la narramos:
El hito de la tarde se produjo cuando De Justo, muy correcto hasta entonces, sufrió una fea voltereta mientras toreaba al natural al reponedor quinto -con el morro de Albaserrada y la trana de Pablo Romero-. Fue dramático, pero no hubo consecuencias trágicas. Sólo que algo despertó el orgullo, el arrojo y el valor del extremeño para ponerse a torear de una vez. Porque comprendió que lo había perdonado el de La Quinta una vez, pero no lo haría dos. Tal era su exigencia, a pesar de obedecer, porque no perdonaba un error con la muleta en la mano. Y eso le exigió a De Justo ponerse con el pecho al frente, los pies juntos, la sarga en la zurda y vamos, que nos vamos. Terso y hasta inmaculado le voló el trapo al natural mientras arrastraba en la arena la mano de los billetes. Fue entonces cuando rugió Madrid.
Y Madrid no ruge de esa forma si no hay un tipo entregado delante del toro, en la arena. Emilio, que se había pasado su actuación con el segundo intentando reencontrar su sitio desde ese etéreo lugar del limbo entre la gloria y la realidad, necesitaba un toque de atención que le sacudiera fantasmas. Ese se lo dio ese quinto, que fue exigente e importante, pero no un toro especialmente bravo. Fue levantarse de la voltereta y rehacerse a base de enterrar las plantas, comprender la embestida y aplicarle soluciones. Ya estaba más fresco Emilio, más rabioso, más ansioso por ganar esa pelea. Berreaba la plaza cada natural macizo, cada trazo comprometido con el toro por dentro, cada vez que este Emilio, convencido, miraba al tendido, Pero cuando llegaba a los mismos medios para terminar con ese quinto, la estocada, que pareció soberbia, se mostro tendida y suelta, con poca muerte, por un lado, y escasa justicia, por el otro. Pero nadie dijo jamás que el toreo fuera justo.
🎥 Resumen del festejo de hoy #SanIsidro en@LasVentas
Un Perera muy firme se sobrepone a su lote y da una vuelta al ruedo
Gran tarde de Emilio de Justo que pone patas arriba Madrid y al que el descabello le impidió un triunfo mayor
Tarde desafortunada de Ginés Marín pic.twitter.com/LBO6Oz2cvK
— OneToroTV (@OneToroTV) May 17, 2024
Santiesteban del Puerto, Nimes y Cáceres vibraron con el toreo del extremeño
Tres orejas y un rabo pasearía el 18 de mayo en la plaza de toros jiennense de Santiesteban del Puerto, plaza donde se acarteló junto a los sevillanos Daniel Luque y Pablo Aguado con los toros de Sancho Dávila. Luego vendría Nimes con la corrida de Victoriano del Río, tarde donde se iría de vacío tras volver a pinchar una gran faena a un ejemplar con virtudes pero con sus teclas.
Ya metidos en pleno mes de junio era el momento para acudir una plaza que volvía a abrir sus puertas tras la varios años sin hacerlo. Se trataba de un mano a mano entre Talavante y De Justo con astados de La Quinta, El Pilar, Garcigrande, tres ganaderías de postín con las que volvería a rayar a un nivel muy alto el de Torrejoncillo. Cinco orejas en su esportón.
De nuevo Madrid el 7 de junio
El 7 de junio volvió a la primera plaza del mundo para compartir cartel con dos de los toreros del momento, dos espadas que tenían marcado un objetivo claro. Fue ante los toros de Victoriano del Río, una tarde donde De Justo estuvo por encima de un lote desigual de la vacada madrileña. El primero tuvo cierta chispa humilladora que aprovechó el extremeño para meterlo en la muleta, estando este por encima de un cuarto que echó pronto la persiana.
Badajoz y la gran tarde de Burgos con el indulto de «Verdijoso»
Badajoz fue la siguiente parada el 22 de junio, fecha donde compartió cartel junto a Pablo Hermoso de Mendoza y Ginés Marín. Dos apéndices pasearía del primero de su lote un extraordinario animal marcado a fuego con el hierro de Hnos. García Jiménez al que se le llegó a pedir incluso el indulto.
El 1 de julio volvió el extremeño a Burgos, plaza donde el pasado año había dejado su huella. Si a su primero con el hierro de Juan Pedro Domecq le había paseado una oreja tras una faena de su personal concepto, al sexto, un extraordinario astado de nombre «Verdijoso», le cuajó una de las faenas de su temporada en una tarde donde se le acabaría perdonando a un astado de unas notables virtudes.
Pamplona y Mont de Marsan como puertos de montaña
Los días 9 y 20 de julio se anunció el diestro extremeño en dos plazas de primera como Pamplona y Mont de Marsan, cosos de máxima exigencia donde sale el toro serio y con cuajo. En la capital navarra se anunció con los astados de Victoriano del Río junto a Sebastián Castella y Ginés Marín en una tarde triunfal para el de Torrejoncillo, diestro que saldría en volandas tras desorejar al quinto de la tarde. Así la narramos:
El segundo del lote de Emilio de Justo se llamaba “Campanilla”, qunto de la tarde, un toro número 179 de 620 kilos. Dejó detalles toreros de capa el extremeño, y dos buenas varas Juan Bernal. Toro que se aculó mucho en tablas a la hora de lidiarlo, y al que domeñó por abajo para someterlo Emilio en el prólogo muleteril. Faena importante de Emilio, que dejó una primera serie a diestras de relajo y, con el hombro hundido, embebió al natural al animal, que iba largo y que fue bravo. Toro muy importante, con una obra in crescendo del torero de Cáceres. Lo enganchaba adelante e iba hacia atrás el animal, que fue exigente, pero le dio gobierno Emilio, especialmente por la mano izquierda, por donde consiguió relajarse. El final por bajo fue una delicia, además de la estocada, que fue certera y efectiva. Dos orejas rotundas.
Una oreja pasearía en el coso galo de Mont de Marsan con la corrida de La Quinta, uno de sus hierros predilectos. Un mano a mano con el francés Clemente que se saldó con el corte de una oreja por coleta. El fallo a espadas de De Justo en el quinto le privó de un triunfo mayor.
Dos plazas con personalidad propia para dar carpetazo al mes de julio: Roquetas de Mar y Santander
Roquetas de Mar y Santander fueron los dos últimos festejos de un mes de julio con importantes triunfos. Dos orejas pasearía de los toros de Jandilla en la localidad almeriense, festejo en el que tuvo que ser apuntillado el primero de su lote. Así narramos el triunfo:
Fue extraordinario el toro de Jandilla corrido en cuarto lugar. Siempre creciéndose en la muleta. El extremeño aprovechó el gran pitón derecho, toreando sin ayuda, y como debe hacerse, de fuera a adentro y de adelante a atrás. El público entró desde el principio en la faena y jaleó y acompaño al diestro toda la faena. El espadazo fulminante por el hoyo de las agujas le valió dos orejas y una puerta grande.
Se iría de vacío 24 horas más tarde del coso santanderino de Cuatro Caminos con la corrida de Antonio Bañuelos. Anduvo solvente y por encima del medidor segundo y entregado con un quinto que se movió pero que no acabó de entregarse en las telas del espada de Torrejoncillo.
Tres corridas en cuatro días (y máximo triunfador en Huesca) antes de su doble paso por plazas de primera
Tres puertas grandes conseguiría Emilio de Justo en sus primeras comparecencias del mes de agosto. La primera sería en Socuéllamos (Ciudad Real) tras pasear las dos orejas del quinto de Murube. Un rabo cortaría del quinto de Algarra en Herrera del Duque (Badajoz) tras una labor de gran personalidad y entrega. Huesca sería su tercera parada, coso donde saldría en hombros tras cortar las dos únicas orejas del festejo.
Málaga y San Sebastián para calibrar el momento de De Justo
Un avance de la temporada que llevó al extremeño a dos cosos de primera categoría los días 15 y 16 de agosto, dos tardes donde se anunciaría con los astados gaditanos de Torrealta y Fuente Ymbro. Cuatro orejas pasearía en el coso andaluz en uno de los días más señalados del año, un festejo donde se vería obligado a matar tres toros por la lesión de Cayetano. Así narramos el festejo:
La corrida de toros de Torrealta debió lidiarse en esta misma plaza el pasado Sábado Santo, y acusó los meses transcurridos en pro de la seriedad. Así fue ‘Bellotero’, segundo de la tarde, bien armado, cuesta arriba y alto pero con buen cuello. Llegó muy parado al tercio de banderillas, poniéndoles las cosas complicadas a la cuadrilla de Emilio de Justo. Pero el extremeño cogió la muleta y todo cambió. Lo llevó muy largo primero por el derecho para luego, una vez que el toro rompió hacia adelante, llevarlo con la figura erguida hacia atrás de la cadera tanto por el derecho como por el izquierdo, donde dejó naturales de gran empaque. Dio Emilio de Justo, sabedor de las condiciones del astado, unos pequeños paseos para salir y volver a entrar a la cara del toro, con mucha torería, que ayudaron también a no perder la conexión de lo que ocurría en el ruedo con el tendido. Una faena de técnica, conocimiento y corazón. Puso el epílogo con unos doblones por bajo obligando mucho al animal y una estocada entera que le valió cortar las dos primeras orejas del abono.
Lidió Emilio de Justo el cuarto toro en lugar de Cayetano, quien no volvió a salir al ruedo. Se levantó un rumor de expectación tras la salida del toro y el recuerdo fresco de la anterior faena del matador extremeño, y este correspondió abriéndose de capa a la verónica y ejecutando un quite por chicuelinas de manos bajas. Por el mismo palo intervino Pablo Aguado en su quite, esta vez con la manos más altas y más garboso. No dejó escapar este toro tampoco Emilio y desde el inicio lo llevó por abajo, como se torean a los toros con fondo, dejando media muleta sobre el albero de la Malagueta. Entre cada muletazo daba un toque casi imperceptible en el que los vuelos se dirijan al hocico del animal, consiguiendo que no se saliese del engaño. Cuando parecía que no se lo podía enroscar más, más atrás lo llevaba. Aún así, el toro se quedó algo parado en la última tanda por la izquierda, yéndose el diestro de forma rápida a por la espada. Pero aún quedaba más, y el extremeño recetó al astado una tanda por la derecha, sin ayuda y de uno en uno, donde no dejaron de vibrar los tendidos. Se repitió la petición de dos orejas tras la estocada entera, pero esta vez quedó en un apéndice.
Quedaba una oportunidad más para el extremeño en chiqueros, un toro de capa melocotón y de buenas hechuras. Una auténtica lámina. Con la misma cadencia meció Emilio de Justo las embestidas del sexto toro tanto en el recibo a la verónica como en el inicio de faena. Antes brindó al torero malagueño Saúl Jiménez Fortes. El toro salió durante todos los tercios suelto de los engaños, pero de Justo lo fue haciendo y fijando en una primera tanda por el lado derecho, donde los muletazos fueron de línea recta, sacrificando la hondura que sí tuvieron las siguientes series. Con el compás más cerrado y con más regusto que en sus anteriores toros, lo toreo por ambos pitones en series rematadas con pases de pecho a la hombrera contraria. En cuanto vio la posibilidad no lo pensó y se fue hasta las tablas para cambiar la ayuda por el estoque. Faena corta pero muy intensa donde destacó, entre otros, un natural profundo, de figura desmayada y mano baja. Tras el epílogo a dos manos por alto, dejó una estocada que necesitó del uso del descabello, con el que erró. Pero no importó, al igual que el aviso que escuchó, para que los tendidos solicitasen la oreja que le fue concedida. Tarde redonda del extremeño que se marchó por segundo año consecutivo a hombros atravesando la puerta grande ‘Manolo Segura’ entre gritos de torero. Un sucesos este de Emilio de Justo que pone cara la feria y el devenir de los festejos en la Malagueta.
Dos orejas cortaría 24 horas después en la plaza de toros de San Sebastián en una tarde donde también causó baja el director de lidia, un Miguel Ángel Perera que cayó corneado por el primero de Fuente Ymbro. Así narramos la tarde:
Importante faena al natural de Emilio de Justo al segundo, ante un toro que acudió presto al caballo pero se le cuidó mucho por su falta de fuerza. Luego, el extremeño dejó compases de mucho gusto por la mano izquierda, la mejor del toro, aprovechada por el torero para dejar sobre la arena vasca una obra importante rematada con el acero.
El cuarto, de 570 kilos, el más hondo de la corrida, lo toreó Emilio de Justo tras el percance, fue un toro que manseó en el caballo y que luego se puso bruto en su embestida. No obstante, a base de oficio y empeño, De Justo le robó momentos de mérito por ambos lados y una estocada arriba, lo que le valió otra oreja más.
Bilbao, otra prueba de primera que superó con brillantez De Justo; tras ello, otro triunfo en Cuenca
Una oreja de peso pasearía el de Torrejoncillo del tercero de la tarde, un astado de Núñez del Cuvillo de raza y humillación a zurdas en Bilbao. Así lo contamos:
Emilio de Justo cuajó al tercero, un toro con raza, con embestida humilladora y con celo, al que dejó grandes momentos por la mano derecha en las primeras series, pero sobre todo donde se rompió el torero fue al natural. Se movió el toro, con presencia de Bilbao, en los primeros tercios, pero perdió las manos en banderillas y no terminaba de verse esa gran embestida que luego sacó. En varas se le cuidó. Y la cumbre de la faena llegó al natural, por donde dejó momentos de mucho calado el de Torrejoncillo, que acabó por doblones y una estocada un punto baja pero efectiva. Oreja.
Tras su paso por Bilbao vendría la tarde de Cuenca, un festejo mano a mano con Daniel Luque, uno de los nombre de la temporada. Una oreja le cortaría al primero de su lote, paseando dos más del sexto también con el hierro de Ruehuelga, una ganadería en buen momento que no lidió uno de sus mejores encierros en la capital conquense:
‘Granadito II’, de Pallarés, se llamaba el sexto para Emilio de Justo. No rompió en sus telas y luego le entró por los pechos al caballo de Germán González, derribándolo. Luego fue ovacionado el picador. Cortó a los de plata en banderillas en un peligroso tercio y al tendido brindó Emilio, que dejó un inicio de faena de gusto y estética para sacárselo a los medios, destacando un trincherazo. Y luego fue entrelazando series de fe y poder con el denominador común del empaque en el trazo. Importante faena del extremeño en su intenso agosto, en la que no le importó la media altura final de un toro al que cuajó con la mano baja en el epílogo. La estocada entera puso en sus manos las dos orejas.
Una triunfal encerrona con color cárdeno en Valladolid
Tras pasear un rabo de un ejemplar de Montalvo en Tomelloso llegaba su cita de los seis toros de Victorino en Valladolid, plaza y ganadería que conoce a la perfección. Una tarde donde se entretuvo en cortar cinco orejas a la corrida de la A Coronada, un encierro variado donde los astados extremeños sacaron las virtudes y los defectos propios de la casa. Así narramos las mejores partes:
Se estiró con facilidad a la verónica y lo sacó hábilmente a los medios. Un puyazo errado en el que el toro apretó hasta meterse debajo del caballo. Se desmonteraron en banderillas Juan José Domínguez y Alberto Carrero. Brindis al público e inicio genuflexo ligado los pases en el tercio. Pudo torearlo con desmayo en la primera tanda por el pitón derecho, aunque tuvo que tirar del toro en las demás. Animal con clase y nobleza, que metía muy bien la cara en las telas. Ayudados por bajo en el epílogo y estocada ligeramente baja. Dos orejas y ovación al toro en el arrastre.
Se deslizó de manera extraordinaria a la salida «Porteño», el tercero de la tarde de Victorino Martín. Primer puyazo en el sitio, y lo colocó para un segundo desde más lejos. Saludó Abraham Neiro tras parear. Brindis de Emilio a Victorino Martín y se dispuso a torear por buenos derechazos. Tras una tanda por la izquierda, vino lo mejor de la faena; naturales muy ajustados, toreando vertical y desmayado. Toro extraordinario, que metía el morro en la arena y hacía surcos, noble pero con su peligro que le daba la emoción. Remató con naturales a pies juntos. Pinchazo y estocada baja. Oreja y vuelta al ruedo para el toro.
Buen puyazo le recetó el piquero al quinto toro de la tarde. El de Victorino, fue otro toro de gran nota. Se desmonteraron Miguel Murillo y Alberto Carrero; bregó de maravillosas formas Juan José Domínguez. Brindó a Alberto García y Guerrita Chico. Tuvo que perderlo pasos poco a poco a un toro que fue muy noble y se deslizó por el albero con clase. Tuvo que ir perdiendo pasos para ligar los muletazos, los últimos compases de la faena tuvieron mayor intensidad. Por naturales con la mano derecha y bien final por derechazos. Estoconazo. Dos orejas y ovación al toro en el arrastre.
Albacete y una nueva cita con los toros de La Quinta: brilló el toreo de De Justo
Una oreja pasearía de los astados de Toros del Ojailén en Cintruénigo en un festejo mixto en tierras navarras. Sustituiría a Morante de la Puebla en Moita el 11 de septiembre en un festejo donde se anunció con ejemplares de Álvaro Núñez, uno de esos hierros jóvenes con un enorme futuro. Pero la prueba de fuego llegaría en Albacete con la corrida de la familia Conradi, un hierro que conoce a la perfección un espada que ha matado gran parte de su camada. Dos orejas pasearía del quinto, uno de los toros de la temporada. Ejemplar exigente con el que estuvo muy entregado el diestro extremeño. En su primero también rozó el corte de una oreja ante un ejemplar con virtudes del hierro cordobés. Así lo narramos:
Le protestó en el inicio capotero el segundo a Emilio de Justo, un serio toro, con sus puntas arriba, cuajado por detrás y que echó las manos por delante en la capa del cacereño, que intentó gustarse a la verónica. También echó la cara arriba en la vara. Tras el quite y un tercio de banderillas efectivo, dejó De Justo un poderoso inicio de faena, en el que conectó con el tendido a base de toreo caro. Como en las dos primeras series por la derecha a un toro con prontitud y cierta humillación. Hubo toreo muy despacioso en ese prólogo. Y luego siguió ahondando en el toreo a ralentí, aunque más aislado por la condición de un toro que se vino algo abajo. Una lástima el acero, pinchando a un toro al que hubiese rascado premio. Ovación tras petición.
Emilio de justo cuajó una faena para el recuerdo al quinto toro de la tarde, un bravo ejemplar de La Quinta, al que nada más salir dejo cadenciosas Verónicas. Luego, en el quite, dejó chicuelinas de mucho poder y de mano baja rematadas con una soberana media. Se desmonteró Abraham Nerio tras un brillante tercio de banderillas. Brindó al público Emilio de Justo, y dejó una faena de poder, de principio a fin en la que los doblones de inicio calaron con fuerza en el tendido de Albacete. Luego por ambas por ambos lados, dejó momentos de cadencia y despaciosidad, de profundidad y de mucho gusto, especialmente en los remates de serie. Al final de la faena remató por bajo con la música aderezando, especialmente la faena. Una estocada arriba puso en sus manos las dos orejas.
Salamanca como plato fuerte del mes de septiembre
Y llegó la cita de Salamanca el 15 de septiembre tras irse a pie de la plaza de toros de Utiel. Un festejo donde se anunció junto a Miguel Ángel Perera y Borja Jiménez con los toros de El Vellosino. Así fue su obra:
No quiso pelea de salida el segundo de la tarde, que recibió un soberano puyazo en la querencia de Germán González. Comenzó doblándose por bajo Emilio de Justo con «Banderillero», que tomó las telas con celo después de una lidia desconcertante. Se la dejó puesta el torero extremeño para que el de Vellosino la tomase con celo, clase y transmisión, permitiendo al torero componer con mucho gusto en series con la mano derecha. Al natural se quedó más corto el de Vellosino, pero De Justo lo entendió a la perfección para robar muletazos de mérito. Firmó otra templada y reunida serie a derechas antes de un epílogo torerísimo con ayudados por alto y un trincherazo soberbio. Cobró una estocada sensacional al segundo envite, lo que evitó que tocase pelo tras una más que meritoria actuación.
Cuatro orejas pasearía a los toros de Juan Albarrán el 22 de septiembre en Fregenal de la Sierra (Badajoz), cortando tres y un rabo en Abarán (Murcia) y otra oreja más en Vera (Almería). Tres tardes en cosos de menor entidad donde siguió evidenciando que la temporada no se le estaba atragantando con el paso de las semanas.
Zaragoza y su nueva cita con una plaza de primera
Pese a cortar únicamente una oreja, su tarde en Zaragoza es de las que marcan un antes y un después en su temporada. Se anunció junto a Enrique Ponce y Jorge Isiegas con la corrida de Juan Pedro Domecq, hierro que lidió varios toros importantes en el coso aragonés. Sería silenciado con el bravucón segundo, astado con el que hizo un gran esfuerzo, más si cabe a final de temporada cuando las fuerzas flaquean. Pero fue en el quinto donde estuvo a un nivel altísimo ante un gran toro de Juan Pedro. Así lo contamos:
Tras la emocionante vuelta al ruedo de Enrique Ponce, se ordenó la salida del quinto, y a la puerta de chiqueros se fue Emilio De Justo para recibirlo a porta gayola, con otra larga cambiada más en el tercio. Chorretón salió este “Tipillo” al que paró en los medios su matador por chicuelinas. Se fue parando el toro, herrado con el número 174, nacido en diciembre del 19 y con cien kilos menos en la tablilla, 529. Galleo por chicuelinas para llevar al toro a la jurisdicción del picador, que solo lo saludó con la puya. Se dejó pegar en la segunda vara. Quitó Isiegas a la verónica. Buen tercio de banderillas por parte de Algabeño y Pérez Valcárcel y brindis de Emilio De Justo. De hinojos a torear con la derecha con mucha cadencia en los muletazos. Y “España cañí” animando aún más el cotarro. Había que enseñar el camino al toro, que no era tan claro como parecía en su galope de las primeras tandas, pero una vez sometido surgió una excelente serie de naturales de la muleta de Emilio De Justo, y otra más. También a diestras hubo buen toreo del diestro extremeño. Bajó un poco el nivel de la faena ante la falla de entrega del animal en una última serie al natural en la que este dejó de humillar y seguir la tela hasta el final. Bonito cierre de faena de Emilio De Justo antes de dejar una gran estocada. Petición de oreja concedida y de otra más que el presidente no otorgó. Ya era demasiado bella la tarde para el presidente.
Madrid y una tarde de toreo macizo sin espada en la Hispanidad
Tras su gran actuación en Zaragoza con un importante toro de Juan Pedro Domecq tocaba ir a Madrid para medirse en mano a mano junto a Miguel Ángel Perera. Ambos no se aliviaron en absoluto al dar su ok a anunciarse con los toros de Victorino Martín. Tanto el pacense como el cacereño pudieron salir en hombros con un encierro completo que tuvo la clase excelsa y la bravura profunda. Así lo contamos:
El segundo, cárdeno y entripado, tenía la hechura de los victorianos buenos y la cara torera pero más agresivo que el anterior. Lo lanceó con mucha solvencia Emilio con el capote, pero resbaló en el remate, cayó en la cara y a punto estuvo de tener un disgusto. Luego arrancó con alegría el toro en el caballo y acudió con presteza en banderillas, donde se desmonteró Juan José Domínguez. También el inicio muletero de De Justo tuvo empaque, torería y gobierno, porque lo demandaba un animal que te lo daba por abajo y entregado, pero te exigía entrega, suavidad y mando. Pero siempre mantuvo la actitud de no perdonar un destemplé o un toque desafortunado, y ni lo quería hacia afuera, porque se quedaba en los tobillos, ni toleraba la ligereza, con la que venía por dentro. Pero cuando se entregó Emilio, con el bamboleo para que se viniera y la apuesta para mantener la planta, se lo dio por abajo y con bravura. Pero hubo dos pinchazos previos a la estocada, y un aviso que dejaba las cosas en una ovación.
Era tal el derroche de clase del anterior que cuando salió el cuarto, más paletón y en el aire del primero, y le embistió con las manos y cierto genio a Emilio b el capote, parecieron más acusados los defectos del animal. Pero el primer puyazo lo tomó parando antes de llegar al pero y metiendo el riñón tras la arrancada, sin topar, pese al duro castigo. Más suelto salió del segundo, más vulgarón en su ademán. Pero rompió en la muleta cuando se le puso decidida y se le aguantó la arrancada impetuosa y con chispa que traía de serie. Lo hizo Emilio tan de verdad que se llevó un feísimo volteretón por no dejarse conquistar el sitio. Un palizón tenía De Justo cuando volvió a la cara, magullado y desmadejado, pero para enterrarse con la mano izquierda y soplarle naturales por un pitón que tenía menos recorrido pero más franqueza. Lástima que la espada no se enterrase a la primera, porque había terminado la última serie con la plaza en pie. De hecho, a la sexta vez que hizo la suerte comenzó a impacientarse el tendido, con el aviso ya sonando. Aún así, se llevó el aplauso del público.
Largo, acompasado y entregado fue el saludo a la verónica de Emilio de Justo al sexto, un animal de lomo recto y largo que empujó a su altura en el peto después de haberse rebrincado con insistencia en las telas. Gazapeó y se puso muy incómodo tras la primera vara hasta que decidió pararse, para dejar que le pegasen una vez debajo del penco. Pero se fue destapando el animal como un gran toro cuando la muleta de Emilio se echó a volar, porque tuvo obediencia para seguirla desde el principio, y el ataque de un De Justo arrebatado le fue dando el recorrido y el punto de transmisión que necesitaba el torero para hacer que rompiera el trasteo. Lo hizo al natural, cuando terminó de entregarse el extraordinario toro, deslizando la cara colocada por un vuelo larguísimo en su extensión. El alma por la boca estaba echando el cacereño, visiblemente maltrecho por la cogida del cuarto, cuando se echó la muleta a la diestra sin ayuda y comenzó a romperse al natural con un animal, ya sí, de gran profundidad en su fondo. Transmutado en el epílogo de doblones y trincheras, con la plaza en pie, dejó una estocada trasera y tendida, casi sobre el aviso, que empujó toda la plaza. Igual que el descabello a la segunda, lo que supuso una oreja al final.
Victorinos en Jaén, un brillante cierre de campaña junto a Alba de Tormes
Tras su paso por la primera plaza del mundo el extremeño tenía dos citas más para poner el broche de oro a una temporada de gran compromiso, en las que dejó faenas notables en multitud de cosos de máxima categoría. En Jaén volvería a anunciarse con los toros de Victorino en una tarde donde Diego Ventura y Curro Díaz también rayaron a un nivel muy alto. Una temporada que cerraría en Alba de Tormes tras triunfar con los toros de Montalvo. Así lo narramos:
Andando hacia atrás llevó Emilio de Justo al tercero a los medios. Firmó el extremeño una faena propia de lo que es, una figura, pudiéndole a las embestidas brutas y desiguales de ‘Paquito’ en el inicio. Ya en los medios y sobre la diestra, Emilio firmó derechazos erguido, con empaque y ajuste, consiguiendo ralentizar varios pasajes. Ya al natural, dejó muletazos hondos, de uno en uno. Cerró la faena sobre la diestra, sin ayuda, dejando pasajes de extrema suavidad y lentitud. Le pidió la plaza el indulto al de Victorino Martín, algo que trató de forzar el diestro mientras el presidente y el ganador le indicaban que entrase con el acero, provocando instantes de tensión en los tendidos. Vuelta al ruedo para ‘Paquito’ y calurosa ovación con saludos para Emilio tras atascarse con la espada y tener que usar el descabello.
Tres verónicas dejó Emilio de Justo en el saludo al sexto de la tarde, al que llevó a los medios andando hacia atrás, con las manos bajas. Firmó un extraordinario puyazo Juan Bernal. Inició el extremeño la faena de muleta por arriba, sin exigir, para ligar después en los medios al derechazo. Al natural llegaría la tanda más rematada de la faena, de uno en uno y con hondura. Presentó embestidas sosas ‘Mojarro’, que hizo por dónde de prender al diestro en varias ocasiones. Media estocada y toque certero de verduguillo. Dos orejas.