Si echamos la vista atrás para analizar la recién finalizada Feria de San Isidro tenemos que acordarnos tanto de faenas importantes como de animales notables que salieron por la puerta de chiqueros, pero lamentablemente en el abono isidril también la afición madrileña ha padecido tardes donde el juego de los astados condicionó su lidia. Una de ellas fue la del pasado sábado, en dicho festejo se anunciaban tres toreros muy del gusto de Madrid con un hierro que había alcanzado una gran regularidad estos años atrás.
Un hierro que en 2023 lidió uno de los encierros más interesantes de la temporada en el coso venteño, una tarde donde Ernesto Tapia “Calita” rozó la salida en hombros -dos vueltas al ruedo- tras pinchar al emotivo, humillado y enclasado primero amén del exigente cuarto. Esa misma tarde David de Miranda daría una vuelta al ruedo con el sexto en una tarde donde Galdós saldría silenciado. Un encierro muy en tipo de la casa donde los ganaderos jiennenses ganaron un puesto en el serial isidril.
Pero las cosas no salieron como todos tenían pensado, la poca fuerza de la corrida tiró por tierra la noble y templada condición de alguno de los toros. Ese fue el caso del tercero, un animal cogido con pinzas pero con una dulce embestida a media altura. No era un animal para Madrid pero sí un astado con el que Aguado podía dejar muletazos de su personal concepto. Ya en una entrevista a Delgado de la Cámara en su programa “Al Toro por los Cuernos” previo a su paso por Madrid habló sobre esa embestida a media altura que tienen muchas veces los toros.
“Yo creo que se ha creado un toro para torearlo muy por abajo e incluso en línea recta, y claro, si después tu concepto del toreo luce media altura y enroscandolo para atrás, pues algunas veces te encuentras con un problema. Creo que hace falta ese animal que, aunque vaya media altura, tenga compás y buen son, ¿no?, que el torero pueda sentirse con él” comentó el torero hispalense antes de poner un ejemplo muy gráfico sobre ello.
“Un ganadero amigo mío que me corroboró una idea que yo tenía y que no la decía muchas veces porque me daba un poco de vergüenza y no quería que me tildaran de loco. Fue Íñigo Garzón quien me sorprendió una vez diciéndome una cosa que yo pensaba, me comentó que no hacía falta que el toro humillara tanto, que tenía que tener ritmo y colocar un poquito la cara, y es verdad, también te digo que esto sirve para un determinado concepto del toreo no para todos” finalizó exponiendo Aguado.
🟢 Se devuelve el tercer toro de la tarde
➡️ Y esta es la reacción de Pablo Aguado
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— OneToroTV (@OneToroTV) June 8, 2024
Algo similar pasó con el citado tercer toro de Román Sorando en Madrid y su devolución a corrales, decisión que no gustó al sevillano. “Yo creo que él dice que se ha precipitado, porque el toro es verdad que nos ha caído, sin embargo, sí que ha manifestado falta de fuerza, pero todas maneras el animal tenía buena condición y tenía calidad” comentaba Manuel Caballero en los micrófonos de OneToro.
“El toro además será ideal para la media altura que eso Pablo Aguado lo domina muy bien, lo que pasa es que en Madrid consciente de ese toro de poca fuerza al que hay que cuidar y yo entiendo a la afición de Madrid en ese sentido, porque digamos que se trata de una subversión del orden de valores de la fiesta, los toros hay que poderlos” explicó Domingo Delgado de la Cámara en dicha retransmisión.
Una vez devuelto el toro de Román Sorando salió en su lugar un astado con el hierro de José Vázquez de poco poder y deslucida embestida, un astado sin clase en el viaje y de nula raza con el que no pudo hacer nada un torero que se expresó de la siguiente forma en el micrófono de Miguel Ángel Silva: “Ha sido una pena, el toro tenía cosas buenas. Los tres necesitamos un toro con ritmo y con clase, debemos educar a la gente para que esta sepa que este tipo de animal es el que mejor se ajusta a nuestro toreo”.
Tarde aciaga para una terna que se estrelló con una corrida noble pero muy medida de fuerza y raza, un festejo que ponía colofón a una Feria donde el sevillano si se pudo lucir a la verónica en los dos toros de Juan Pedro que le cupieron en suerte, amén de dejar también un bello inicio de faena, antes de que se desinflase la condición del noble tercero en una tarde donde Talavante se llevó el unció toro que brindó posibilidades reales de triunfo.