CAMPO BRAVO

La ‘rabieta’ de un semental bravo de Joaquín García cuando el mayoral le quita su hato de vacas


lunes 1 enero, 2024

Debido a su edad, 13 años, únicamente cubrirá un porcentaje bajo de las hembras, más si cabe cuando la mayoría ya quedaron preñadas de otros sementales.

Raso De Portillo (1)
Un toro en posición de defensa. © Pablo Ramos

Ser ganadero de bravo va mucho más allá de ser un simple criador; ese nombre tiene detrás una gran responsabilidad por continuar el legado que tomaron de sus ancestros, porque la palabra ganadero engloba muchos matices que van intrínsecamente unidos a una filosofía de vida, esa donde el animal bravo tiene muchas veces más privilegios que su propio criador. Por todo ello, echarse al monte con esta responsabilidad únicamente está al alcance de aquellos que ponen a este animal por encima de todo.

El hecho de proteger y salvaguardar esta especie única no viene dado por un mero capricho, sino por el amor a un animal que siempre va de frente, ese que no tiene dobleces y que se entrega cuando uno va de frente. Por eso, cuando un ganadero decide desprenderse de su vacada, siempre le quedará un vacío en su corazón que no será capaz de llenar con nada. Ya lo decía Joaquín sabina en su canción peces de ciudad: “Al lugar donde has sido feliz no deberías tratar de volver”, por eso viajar al campo bravo y volver a vivir instantes junto a él no ayuda a cerrar la herida.

Pero gracias al programa Toros para Todos, aquellos que aman al toro bravo tienen la oportunidad de conocer un poco más sobre este animal tan majestuoso. Eso pasó en un reportaje emitido hace algunos años en la ganadería de Joaquín García, una vacada que vive desde hace años en uno de los lugares más escarpados de Sierra Morena. Allí más de 140 vacas conviven con ‘Olivero’, semental de repaso que lleva varios meses con ellas a cuerpo de rey.

Debido a su edad, 13 años, únicamente cubrirá un porcentaje bajo de las hembras, más si cabe cuando la mayoría ya quedaron preñadas de otros sementales de la casa. Pero no va a ser fácil sacarlo del cerrado donde se encuentran las hembras, ‘Olivero’ se encuentra cómodo entere ellas, por ello es fundamental tener vaqueros experimentados en la materia y una parada de bueyes que sepan hacer bien su trabajo.

Pese a todos los problemas que ha dado ‘Olivarero’ finalmente se consigue apartar al animal de su lote de vacas, el animal se encuentra muy enfadado, de ahí que se tengan que medir las distancias, de lo contrario podría dar un arreón y provocar un accidente. Una labor que se ha realizado de una forma coordinada entre mayoral y los vaqueros, los cuales tienen que jugar con las querencias dentro de un cercado muy sinuoso, algo que, más que ayudar, dificulta las labores.