El pasado 5 de junio tuvo lugar una nueva novillada sin picadores de Promesas de Nuestra Tierra en la localidad albaceteña de Robledo. En ella, el novillero Cristian González fue herido, mientras sus compañeros Gallito y Mario Honrubia salieron por la Puerta Grande. Un festejo en el que se erales de Los Chospes en un festejo en el que se volvía a poner de manifiesto la dureza de la profesión.
Según rezaba el parte médico «Cristian González fue cogido mientras entraba a matar tras una gran faena en la que destacó en el toreo al natural. Gran concepto del novillero que se volcó en la suerte suprema. El diestro fue atendido ‘de una herida por asta de toro con un orificio de entrada de 8 centímetros, con dos trayectorias: una descendente de 20 centímetros con desgarro muscular y otra de 12 centímetros. Es trasladado al Hospital Quirón. Pronóstico: Grave”, un percance que pese a su gravedad no le ha quitado la sonrisa de la cara ni un segundo. Sabe que las cornadas son un tributo que hay que pagar, por eso piensa ya en su recuperación para volver lo antes posible a los ruedos.
El novillero salmantino perteneciente a la Escuela Taurina «Puerta Grande» de Miguelturra atiende a Cultoro tras el grave percance, queremos saber como está, que sensaciones tiene de aquella tarde y como afronta el futuro. Una tarde aquella la de Robledo en la que pudo paladear el toreo a zurdas.
P – En primer lugar, ¿cómo te encuentras? ¿cómo has pasado estas noches y cómo está siendo tu recuperación?
R – «Gracias a Dios me encuentro bien, con los lógicos dolores. Las noches las he pasado con dolores y la recuperación la verdad que va muy bien, está yendo más rápido de lo que podíamos esperar».
P – ¿Cómo viviste la tarde hasta el percance? ¿Cómo sentiste el toreo y cómo pudiste expresarte?
R – «La tarde estaba resultando para mi muy interesante, los novillos estaban sirviendo. Recuerdo que al segundo le dieron la vuelta al ruedo en el arrastre. Mis compañeros habían rayado a un muy buen nivel y en el quite había notado que podían pasar cosas importantes. Con el capote lo lanceé muy a gusto basé mi faena con la zurda ya que por el derecho el animal tendía a embestir en línea y muy por dentro. Por momentos pude hacer el toreo que busco, me sentí pleno en algunos muletazos».
P – ¿Cómo nace tu vocación taurina y cómo creces como torero? ¿Cuáles son tus referentes en la profesión? ¿Y en la historia, en quién te fijas?
R – «Mi vocación taurina nace desde muy pequeño, cuando mis padres me llevaron a ver festejos taurinos a La Glorieta. Crezco como torero en casas como Dehesa de Calvaches y la Dehesilla. También he evolucionado taurinamente hablando junto a Aníbal Ruiz o Manuel Castellanos. Me he fijado mucho en los Maestros Julio Robles, El Viti y en el ‘Niño de la Capea’. Son tres espejos, tres referentes a la forma de ver y sentir el toreo. Actualmente me fijo en toreros como Julián López ‘El Juli’. José María Manzanares y Pablo Aguado».
P – ¿Qué tienes por delante? ¿Cuál es la próxima fecha que tienes en tu cabeza?
R – «Mi mente ya está puesta en el mes de julio, fecha en la que tengo mi próximo compromiso, pero la evolución la marcará tanto mi cuerpo como los doctores».