Esaú Fernández, tras el cuarto de José Escolar esta tarde en Madrid, señaló al micrófono de David Jaramillo en Telemadrid lo siguiente: «El toro ha sido bueno y la faena ha sido buena. La pena ha sido que me he tirado con mucha fe, pero la espada no ha caído bien”. Así hemos narrado esa obra:
El cuarto, largo, estrecho de sienes, enseñando las palas, coceó el peto en el primer puyazo. Esaú, que se había ido a portagayola, lo dejó largo en el último encuentro pese a que había dejado claro el animal que no quería pelea. Esaú empezó con la derecha, sin probaturas, una faena de buena actitud, a la que, sin embargo, faltó reunión. El toro se tragó la primera serie con la derecha así como luego un par de ellas al natural, pero pasando siempre sin emplearse, y sin descolgar nunca. Cerró el sevillano por bernadinas una faena condicionada por un sector al que le entró por los ojos el juego del albaserrada, al que luego ovacionaron en el arrastre. Con otro hierro y con otro encaste dudo que le hubieran visto tantas virtudes. Se dividieron las opiniones para el sevillano.