La profundidad de Perera rasca la bravura y clase final del primero de El Puerto, pero el descabello le quita premio

El primer toro, número 112, de diciembre de 2020, «Vivanoso» de nombre, de 506 kilos, fue un negro bragado meano bajo y armónico, ancho de sienes. Lo saludó Perera por delantales, siendo frío de salida, saliendo con la cara suelta de la capa el astado. Se entregó en el único puyazo el animal y fue manso el toro tras ese tercio, dejando buenas chicuelinas Perera; tenía movilidad el astado, pero le faltó clase y raza en el inicio de faena. Muy bien Perera, poderoso con su muleta, para ligar siempre con la tela puesta. Importante y profundo en las dos series al natural, y en los redondos finales, muy por abajo y a cámara lenta, frente a un poco que sacó poco a poco su fondo de bravura y clase. Remató con una casi entera trasera, perdiendo premio por el descabello, ya que no se colocaba el animal. Ovación tras aviso.
Perera, faenón al enclasado «Caraserio» cuarto: corta oreja tras aviso tras fallar con el acero

El cuarto, «Caraserio», negro de El Puerto, de 559 kilos, para Perera, fue un animal al que dejó verónicas de buen trazo. Recibió una vara sin emplearse, quitando por tafalleras y dos buenas medias el pacense. Toro con clase, al que dejó dos cambiados de rodillas en los medios; trasteo al alza, en el que dejó tres series por la derecha de profundidad, aprovechando el recorrido del toro. Al natural, el toro tenía menos viaje, y remató Perera en la corta distancia la obra, apretando mucho al de El Puerto. Una pena que pinchó dos veces y dejó un espadazo caído a la tercera. Oreja tras aviso.