Espartaco, antes de salir a hombros por la del Príncipe,
declaró a CULTORO que «sólo tengo palabras de agradecimiento para el
toreo: mis compañeros, empresarios, ganaderos, banderilleros… y por supuesto
para mi familia. Despedirme así es un verdadero sueño y se han reunido las
circunstancias para que se cumpla. Gracias a Dios me saco de esta forma esa
pequeña espinita que tenía de mi anterior despedida, puesto que en aquella se
dieron circunstancias muy distintas a las vividas en el día de hoy».
Sobre el lote de Juan Pedro Domecq que le ha tocado lidiar,
Juan Antonio comentó que «el primer toro ha sido un toro muy dulce,
ideal, que me ha dejado expresarme y sentirme, y una vez más Sevilla me ha
vuelto a demostrar esa sensibilidad que sólo tiene esa plaza. El otro ha sido
muy distinto, pues tenía más temperamento y algunas complicaciones y
seguramente en los medios hubiera podido mucho más con él, pero allí el viento
soplaba con mucha fuerza».
Segundos antes de que su hijo le cortara la coleta y sus
compañeros lo sacaran a hombros, Espartaco dijo emocionado que «hoy
he tenido la fortuna de despedirme del toreo en activo per yo siempre seré
torero».