En la provincia de Córdoba, en una finca muy cerca de la vecina Ciudad Real, se encuentra el nuevo proyecto ganadería de Esperanza Domínguez, una apasionada del campo bravo que llevado hasta dichos pagos cordobeses, parte de la ganadería de Domínguez Camacho, una vacada entroncada en la sangre Marqués de Domecq que ahora emprende un nuevo camino con el hierro de Juan José González tras adquirirlo hace unas semanas en una subasta cerrada en la RUCTL.
En la finca “El Castillo”, en Cardeña (Córdoba), pastan tanto las hembras como los machos de esta incipiente ganadería, así como los animales marcados a fuego con el hierro de Castillo de Azuel, vacada que comparten explotación con la antes mencionada. Una familia apasionada por el toro bravo, sin ir más lejos, su yerno es Ángel Luis Carmona, matador de toros, un eslabón más en una cadena donde se encuentran también su hija María y su marido Pedro.
Tras la división de la ganadería familiar, el 50% del ganado salió de la finca “Los Llanos”, en Cumbres Mayores (Huelva) para tomar un nuevo camino. Durante esta temporada 2023, desde “El Castillo” se ha cargado un importante número de toros con destino a las calles, tentándose otro buen número en la plaza de tientas, lugar de donde han salido varios sementales de la casa. La idea era, por un lado, era comenzar a devolver la ganadería a las plazas de toros y, por otro, acortar los plazos en cuanto a conocer más profunda y directamente cada línea de las que conforman la vacada.
Pese a ser ambas vacadas de encaste Domecq se llevarán por separado, dejando claro que animales son de la rama Marqués de Domecq y cuáles de la formada por sangres procedentes de Moura (vía Los Rodeos) y Domecq (vía Daniel Ruíz, Garcigrande, El Freixo y Jandilla), “Toros de El Torero” y “El Freixo”. Dos proyectos ganaderos que se van puliendo en una finca muy cercana al Valle de los Pedroches, una zona ondulada bañada por extensa zona de arboleda que da cobijo al ganado bravo y al cerdo ibérico.
Un camino ilusionante por todo lo que se les viene encima, ese que pese a la exigencia sabrán llevar gracias al gran conocimiento que tienen del ganado que pasta en “El Castillo”. Por el momento los pasos a dar irán encaminados a los festejos menores, esos donde ya han triunfado con éxito en un 2023 donde han podido comprobar el momento por el que pasan ambas ganaderías. El objetivo marcado es intentar meter la cabeza en festejos mayores a partir de 2026.
Tras las lluvias caídas en las últimas semanas el campo tomó un color especial, las vacas y los becerros corretean lustrosos por los distintos cercados, son tiempos de disfrutar en familia, de repasar el ganado y de ver como van tomando cuerpo los añojos y erales. Las cercas también están copadas por los cochinos ibéricos, los cuales en cuanto terminen con la bellota dejarán paso a las vacas madres para terminar con el trabajo.
