El mítico maletilla Conrado Abad ha muerto este sábado cuatro días después de cumplir 98 años (28 de octubre), tal y como avanza La Glorieta de Salamanca. El que ha sido toda una figura del toreo popular en las tierras charras tuvo que ser ingresado de urgencia en el hospital Universitario de Salamanca en estado «muy grave» a causa de una infección respiratoria y este sábado no ha podido superarla.
Un 28 de octubre de 1926 nació en la localidad leonesa de Castrocontrigo un niño al que sus padres le pusieron como nombre Conrado. A muy temprana edad se traslada a Molezuelas de la Carballeda, un pueblo de la vecina provincia zamorana.
Ya en sus años mozos, con 16 años y en contra de su familia, comenzó su vida bohemia deteniéndose por tierras salmantinas, afincándose en Ciudad Rodrigo, donde soñó con ser torero hasta que sus fuerzas le abandonaron.
Por tierras de Extremadura y la raya portuguesa, consumía su tiempo de festejo en festejo taurino, donde se convirtió en un ser muy querido y conocido por todo el mundo. No faltaba la estampa de Conrado “El Maletilla” en ninguna de las capeas que se celebraban en cualquier rincón del oeste peninsular. Nunca logró ser figura del toreo, pero se ganó el respeto de todo aquel que le conocía.
Una vida solitaria y bohemia, con solo a su espalda un petate con la muleta y algún cartón de tabaco de contrabando, que servía de sustento al aspirante a torero; era la estampa que muchos pudieron ver por las carreteras de la comarca mirobrigense.