Tras su importante actuación en la Corrida de la Beneficencia del pasado 8 de junio, Fernando Adrián encara el final de mes con el pulso firme y la mirada fija en los carteles de relevancia que tiene por delante. Cortó una oreja en Las Ventas, sí, pero dejó algo más importante: una sensación de torero hecho, de madurez serena y ambición contenida. Y un toreo a la verónica de muchos quilates.
Con esa carta de presentación, se adentra ahora en un final de junio y un arranque de julio cargados de exigencia, de plazas distintas, pero con un denominador común: la responsabilidad de responder como hasta ahora al nivel que ya le exige el aficionado. El próximo 23 de junio se anuncia en Torrejón de Ardoz, en un cartel de alto voltaje junto a Emilio de Justo y Marco Pérez, con toros de Valdefresno. Una Feria, además, de la que salió como triunfador en la pasada edición y en la que vuelve con ese galón.
Apenas cuatro días después, el 27 de junio, cruzará el Atlántico para actuar en Chota, Perú, una de las plazas más representativas del circuito andino, donde compartirá cartel con Sebastián Castella y Juan Carlos Cubas, frente a un encierro de San José del Monte. La cita tiene su importancia: Perú fue el primer país que le abrió las puertas de América, y allí también se le espera. Cada paso, cada viaje, cada tarde, tienen ahora un peso diferente.
Y ya a inicios de julio, el día 6, volverá a Teruel, en la Feria del Ángel, en un cartel de altos vuelos junto a Borja Jiménez y Roca Rey, con toros de Luis Algarra. Será una tarde para seguir midiéndose en carteles donde nadie regala nada. Y todo antes de su cita sanferminera en Pamplona, un ruedo al que regresará el día 13 de julio para lidiar la corrida de La Palmosilla.