De un tiempo a esta parte han ido saliendo a la venta un número ingente de fincas a lo largo y ancho de nuestra piel de toro que hasta no hace mucho tenían ese sabor que le daban sus gentes y su forma de trabajar la tierra. Lugares de una belleza inusitada, zonas donde el pastoreo era el pan nuestro de cada día en el que la trashumancia se llevaba a cabo sin ningún tipo de problema. El aprovechamiento de los recursos era total gracias al conocimiento de sus dueños y trabajadores, esos que encontraban facilidades por parte de las administraciones y no palos en la rueda.
Pero los tiempos cambian y las situaciones de cada familia abren un abanico de posibilidades. Bien sea por problemas herencias, económicos, desavenencias u otros motivos, muchas familias se ven abocadas a la venta de la totalidad de los terrenos o de una parte que les haga solventar los momentos de dureza que se viven en determinados momentos. Hace algunos meses publicábamos en este portal la publicación de un anuncio en relación con la finca propiedad de la familia Flores Albarrán, esa que salía a la venta por casi 7.000.000 de euros
‘Medianería’ lleva por nombre la finca de 1.360 hectáreas donde el toro bravo convive con otras especies. Una dehesa joven regada de encinas y alcornoques dentro de una orografía ondulada con zonas más quebradas que lleva cuidando la familia desde su llegada hace unos 100 años. Dentro de la misma se encuentra una ganadería cargada de historia, una vacada de encaste Santa Coloma-Gamero Cívico que pasta en el término municipal de Andújar, uno de lugares señeros para la cría del ganado bravo dentro de la provincia de Jaén.
Una vacada con una historia detrás de gran interés para el aficionado, esa que formó a finales del siglo XVIII D. Gil de Flores. A su fallecimiento, una parte pasó a D. Fructuoso Flores. En 1881 la heredaron su viuda e hijos, vendiéndola en 1925 a los señores Flores Albarrán, que variaron el hierro y divisa, aumentándola con reses del Marqués de Cúllar de Baza, en 1932 con un semental de Santa Coloma, en 1934 un lote de D. Celso Pellón y en 1935 la ganadería de Eizaguirre y Tejerina. Durante la guerra fue notablemente reducida y en 1946 adquirió reses oriundas de Samuel Hermanos.
En 1956 se parte la ganadería continuando unidos D. Daniel y D. Pedro, bajo la denominación de “Herederos de Flores Albarrán”, los cuales adquirieron a Dª Ana Carolina Díez Mahou el semental puro de Santa Coloma ‘Guitarrero’ 123 , y en 1972 otro del mismo origen de nombre ‘Venturero’ 71, así como un lote de eralas con el mismo hierro y procedencia se podía leer en la web de la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia (RUCTL). Hierro que actualmente cuenta con 70 vacas de vientre y cuatro sementales, un número reducido respecto al que llegaron a tener años atrás cuando la vacada tenía una mejor salida al mercado.
Una finca que lleva puesta a la venta varios lustros, pero que se publicó en portales especializados tras la llegada de la pandemia. Amén del caserío y las distintas instalaciones, esta amplia finca posee tres cotos de caza dónde se hacen ganchos y monterías, esos que actualmente están arrendados a La Asociación de Cazadores con Caza Mayor (venados, gamos, etc.) y Caza Menor (perdiz, tórtola, palomas). Finca que obtiene numerosos beneficios por alquileres de cotos, monterías, venta de ganado y subvenciones se especificaba en un anuncio modificado hace tres meses.