Llevaba varios años el aficionado reclamándole a una máxima figura del toreo como Julián López ‘El Juli’, que tomara el camino que trazó en la primera parte de su carrera y que se abriese a todo tipo de encastes. Tras 25 años de alternativa en los que ha depurado considerablemente su tauromaquia, es el momento seguir contentando a esa afición que demandaba un pasito más en su compromiso con determinadas ganaderías.
El de Velilla no esconde su predilección por ganaderías como Daniel Ruiz, Alcurrucén, Victoriano del Río o Garcigrande-Domingo Hernández, estas últimas separadas hace un par de años. Pero dentro de ese tronco de Domecq hay evidencias notorias entre unas ganaderías y otras. Sea como fuere, Julián no ha escondido que para estar como le exige una plaza como Sevilla, Madrid o Bilbao debía anunciarse con esos hierros que le daban —a priori— la posibilidad de poder sacar a relucir todo su toreo.
Atrás queda su confirmación de alternativa con los toros de Samuel Flores, las tardes con las corridas de Guardiola, Atanasio Fernández, Araúz de Robles, Sánchez Arjona, Bernardino Piriz, Marqués de Domecq, Los Bayones, Ana Romero, Victorino Martín, Partido de Resina o Los Guateles, hierros que tras estos 25 años han quedado atrás por unas cosas u otras. Una variedad ganadera que complementó con Jandilla, Torrealta, Victoriano del Río, Alcurrucén, Luis Algarra o Santiago Domecq.
Conforme avanzó su carrera, unas divisas fueron sustituyendo a otras hasta llegar un momento donde la reducción de sus temporadas y la presión en determinados cosos cerró ese abanico ganadero. Un Julián que decidió apostar por hierros determinados en tardes especiales, así fue con la corrida de Miura en Sevilla, un órdago que no se pudo concretar tras recibir una de las cornadas más graves de su carrera por un toro de Victoriano del Río en Sevilla un par de días antes.
Ahora, en una época de su carrera donde se encuentra más asentado, donde ha conseguido quitarse las cadenas que le ahogaban, es un torero más suelto, un espada que ha batido todos los récords habidos y por haber en Sevilla con la salida por la Puerta del Príncipe. Tras la pandemia, y viendo la evolución de ciertas ganaderías, ha dado ese paso al frente que le demandaba la afición, pero no por exigencia de estos, sino por ver que era el momento que su cuerpo le pedía ese tipo de embestidas.
Muchas veces nos olvidamos que ciertas ganaderías de las llamadas ‘comerciales’ exigen mucho más que otras vanagloriadas por ciertos aficionados. Como decía el añorado Juan Pedro Domecq Solís, “a mí lo comercial me suena a nevera o televisor, no a toro bravo”. Teniendo presente las ganaderías que él sabe que más y mejor puede exprimir, en los últimos años se anunció en Sevilla, Madrid y Bilbao con ganaderías tan distintas como Torrestrella, La Quinta, Alcurrucén, Garcigrande o El Puerto de San Lorenzo, cinco divisas con cinco encastes bien diferenciados que ya se pueden considerar como propios tras tantos años en unas mismas manos.
En esta temporada de 2023 se ha anunciado con toros de Garcigrande-Domingo Hernández en Olivenza y Sevilla, Puerto de San Lorenzo y Daniel Ruiz en Castellón o Jandilla en Valencia y Sevilla. En Madrid está anunciado nuevamente con los toros de la familia Martínez-Conradi amén de los hierros de Alcurrucén y Victoriano del Río. Volverá en agosto a anunciarse con los de La Quinta en un mano a mano con Luque en Dax, lidiando otras corridas de Jandilla, Domingo Hernández-Garcigrande o Alcurrucén en plazas como Jerez de la Frontera, Santander, Sevilla, Talavera de la Reina o Toledo.
Una amalgama de hierros y encastes para conmemorar el XXV aniversario de su alternativa, será en Nimes, plaza donde se espera uno de los platos fuertes de su temporada. Aún quedan ferias de primera sin cerrar como Pamplona, Málaga, Bilbao, Zaragoza, así como otras de vital importancia en su carrera, entre las que se encuentran Pontevedra, El Puerto de Santa María, Alicante, Murcia, Salamanca o Valladolid, entre muchas otras.
Ahora que Julián tiene su carrera donde quería, está haciendo un guiño a esos hierros por los que apostó años atrás, divisas que han vuelto a entrar en el circuito gracias a una dura y ardua selección. Es sin duda el momento de la apuesta por estos hierros en determinadas plazas, de seguir la estela que dejó Morante de la Puebla y que tanto bien le hicieron a la fiesta. Es cierto que Julián necesita un toro con más poder, con mayor intensidad en sus embestidas, pero de unos años a esta parte supo sacarle partido a todos esos animales que requerían la suavidad del toque y el pulseo cadencioso de una muleta de seda.